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El futuro de la multinacional pesquera · Tercer aniversario del estallido de la crisis

González-Robatto: "Los últimos tres años deben ser historia en el Grupo Pescanova"

El 28 de febrero de 2013 la compañía admitía su verdadera situación económica: no tenía liquidez y tendría que solicitar el preconcurso -El presidente de la pesquera apuesta por "aprender" de los errores para no repetirlos

González-Robatto: "Los últimos tres años deben ser historia en el Grupo Pescanova"

El 15 de febrero de 2013 el entonces presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, anunciaba que la venta de la filial salmonera Acuinova Chile "estaba cerrada" por 250 millones de euros "y que los resultados de 2012 serían mejores de lo esperado". Fue en una reunión en Luxemburgo, según consta en el sumario del caso Pescanova, que se instruye en la Audiencia Nacional. Tres días después admitía un escenario totalmente distinto a un confidente, como reveló FARO en exclusiva: "Estoy en Londres con gripe para intentar cerrar la venta de una filial salmonera". Y no le gustaba tener que hacer la operación con el gigante noruego Marine Harvest."Es funesta, pero no tengo más remedio". El 28 de febrero claudicaba ante el rechazo de su consejo a aprobar unas cuentas que reflejaban 36 millones de beneficio neto y 1.735 de facturación. Tenía que pedir preconcurso de acreedores. Hoy, en el tercer aniversario de la quiebra, el presidente de Nueva Pescanova, Jacobo González-Robatto, quiere dejar atrás los casi 1.100 días más intrincados en la historia de la multinacional. "Los pasados tres años de Pescanova deben ser ya historia".

La compañía está ahora en fase de revisión del plan de negocio, que ya se incumplió en 2015, y no habrá de momento partidas para aumentar o mejorar el inmovilizado material (capex, o capital expenditure). Una filosofía puritana que contrasta la vida licenciosa de Pescanova antes de purgar pecados. ¿Generaba la empresa la caja suficiente para financiar sus inversiones, de 520 millones entre 2009 y 2012? No. Y ahora, siendo la banca acreedora y máxima accionista al mismo tiempo, Robatto apuesta por aprender del pasado "para corregir errores", como reconoce a este periódico. En 2010, por ejemplo -y según las cuentas originales, no las corregidas tras la quiebra- la actividad habitual de Pescanova había generado 33 millones de euros (flujo de caja de explotación, diferencia entre ventas y pago de nóminas, proveedores o energía). Ese mismo año invirtió más de 65 millones. En 2009, lo mismo: flujo de caja de 29,5 millones, inversiones por 129,87.

En el apartado de gastos en inmovilizado de 2015 figurará la adquisición del buque factoría Ila, incorporado a la filial Belnova, por cinco millones de euros. Es de 1969 y pertenecía a la extinta subsidiaria pesquera de Chile. Es el único capricho de un año austero, pero para González-Robatto es tiempo de celebrar y no de propagar lamentos. "Hoy es el momento de celebrar un nuevo comienzo para esta gran empresa y de reiterar la confianza de los socios en el futuro de una Pescanova renovada, líder en pesca, acuicultura, industria y comercialización de productos del mar".

Situación de partida

En los últimos tres años Pescanova ha perdido valiosos activos y por diversos motivos. Vendió el 50% de Austral Fisheries por 30 millones (y plusvalías de 17,9), que acabaría en manos del líder mundial del sector, Maruha Nichiro; perdió Pesca Chile (con la mayor flota pesquera del país, de nueve buques, y dos plantas de salmón, que entró en concurso por el impago de tres pagarés de nueve millones de dólares); liquidó Acuinova SL, la filial andaluza y única productora de langostino fresco; cerró la planta de Insuiña en Chapela por baja actividad, dedicada a la cría de alevines de rodaballo; y se deshizo por obligación de Lafonia Sea Foods (con los arrastreros New Polar y Sil) y Antarctic Fisheries (con dos buques, el Betanzos y el Antarctic Bay), que operaban en Malvinas y las Georgias del Sur. Aún con doce buques menos -uno de Chile pasó a Uruguay- y sin el salmón, ninguna compañía del top 20 mundial tiene la integración vertical de Pescanova. Pesca, acuicultura, procesado, venta, marketing, exportación, trading, importación y distribución.

En el primer semestre de 2015 la compañía facturó 501,3 millones de euros, un 15% más, pero con pérdidas superiores a los 25 millones de euros. Cayó el Ebitda de 27 a 17 millones en un año y elevó el gasto en aprovisionamientos un 20%. Si Nueva Pescanova logra ingresos superiores a los 1.200 millones de euros podría recuperar algunas posiciones en el ranking mundial y superar a firmas como FCF Fishery (Taiwan), Sojitz (Japón) o Trident Seafoods (EE UU). La caída del precio del crudo fue un alivio para una flota que consume mucho gasóleo, pero la depreciación del langostino vannamei (por la gran oferta de la especie salvaje y la recuperación de las granjas acuícolas asiáticas tras superar el virus ESM) o la huelga de trabajadores en Namibia fueron un parapeto para el viento de cola.

A su favor, recuerda Jacobo González-Robatto, que Pescanova respira de un "sector en crecimiento" y que "ha logrado mantener la actividad y las ventas en tiempos especialmente difíciles gracias a su plantilla y al compromiso asumido por sus acreedores". La tarea de adaptar el plan de negocio al cliente del siglo XXI corresponde ahora a Ignacio González, el primer consejero delegado que tiene la compañía desde 2007, y especializado en dotar de valor añadido al producto original. Pescanova recordará siempre incluso lo que no quiere y, si es para no volver a temer por su vida, será un buen padecimiento.

Cronología del último ejercicio

  • Mayo. Los acreedores respaldan el rescate de las filiales españolas: El núcleo duro de la banca acreedora (el G7) y los antiguos accionistas (vieja Pescanova) fracasaron en su intento de consensuar una única propuesta de convenio para las diez filiales españolas en concurso. Prosperó la opción del G7, que incluyó una cláusula para convencer a los acreedores: el crédito supersenior de 125 millones incluiría un sobrecoste adicional de 300. Las relaciones entre entidades y los representantes de la antigua matriz estallarony no se han vuelto a reconducir hasta la fecha.
  • Julio. El proyecto de Nueva Pescanova garantiza el empleo en Galicia: Los convenios de las filiales incluyen un calendario rígido de obligado cumplimiento: la junta deberá aprobar la reestructuración societaria y la ampliación de capital antes del 30 de septiembre. El representante del G7 entonces, Jacobo González-Robatto, defiende su proyecto y se perfila como futuro presidente. La integración de las filiales españolas garantiza el empleo en todas ellas -1.000 puestos de trabajo en Galicia-, y todas las subsidiarias españolas se domicilian formalmente en Chapela.
  • Septiembre. Un plebiscito entre liquidar y salvar la multinacional: Vieja Pescanova nunca dejó de trabajar para mantener un 20% en el accionariado del nuevo holding sin aportar los 7,32 millones de euros fijados por convenio. Una propuesta lanzada por socios minoritarios -y amparada por el fondo norteamericano Broadbill Partners- logró que prosperara esta iniciativa para disgusto del G7 (que recibió un toque del Gobierno gallego para calmar los ánimos). La banca nunca olvidó esa jugada de los antiguos accionistas y éstos empezaron a preparar su vuelta a Bolsa.
  • Diciembre: La banca acreedora asume el control y escoge al nuevo CEO: El 29 de noviembre Robatto es nombrado administrador único de Nueva Pescanova, heredera ya del negocio de Pescanova_SA. Los bancos del G7 suman más del 62% del capital de la compañía y, como avanza FARO en exclusiva, tiene como candidato favorito a ocupar el cargo de consejero delegado a Ignacio González, procedente de Campofrío. Robatto toma las primeras decisiones con la promoción internade ejecutivos de la casa. En la compañía dejade haber directivos imputados por la Justicia.

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