Con un plan de pagos espartano y tras haber sembrado agujeros en un centenar de bancos de todo el mundo, Nueva Pescanova no está para muchas florituras a la hora de invertir. "Vamos a sacarle jugo a los activos", certificó ayer el nuevo presidente de la compañía, Jacobo González-Robatto. Esto es, exprimir y rentabilizar lo que la compañía ya puede dar con lo que tiene y teniendo en cuenta que su última gran inversión, la factoría portuguesa de rodaballo (2009), fue un fracaso. Pero el consejero delegado (o CEO), Ignacio González, considera que los activos disponibles otorgan a Nueva Pescanova pilares suficientes para asentar su futuro. "Cualquier inversión que se gane la empresa" en los próximos años se dirigirá a la flota pesquera, con una antigüedad media de 32,5 años. "El retorno estará allí". Ganarse ese derecho a recibir inversiones, como ya había advertido Robatto en noviembre, pasa por salir de pérdidas, ser capaz de pagar la deuda concursal y obtener la confianza de los principales accionistas: los bancos.

"Estoy conociendo los activos", admitió González, un "capitán" que cogió las riendas del barco el 1 de febrero. "Tenemos buenas noticias, con una fuerza de pesca difícilmente inigualable, una de acuicultura difícilmente copiable y fábricas válidas para afrontar retos" como el lanzamiento de productos elaborados que satisfagan al cliente del siglo XXI y reporten más ingresos. Pero en cuanto a los buques la compañía ha decidido inventariar la flota para determinar su estado, especialmente desfasada en Uruguay (Belnova), Namibia y Sudáfrica (Novanam). El último barco que construyó fue el Sil, en 1987; su última incorporación fue el Ila, de 1969 (era de Pesca Chile y pasó a Belnova). Esta flota consume unas quince toneladas diarias de combustible, frente a la de armadoras como Fishermen Finest (EE UU) o Havfisk (Noruega), con motores hidráulicos. Sea como fuere, el plan inicial de construir dos arrastreros en Vigo sigue en cuarentena.

Los pilares de futuro

El CEO destacó en su primera comparecencia pública los tres factores que, a su juicio, harán de su singladura una tarea algo menos hercúlea. En primer lugar, como publicó FARO en exclusiva esta semana, el incremento de la demanda de productos del mar en un 3% anual, que obligará a la industria gallega a duplicar producción hasta 2020. En segundo lugar, el cambio del patrón de consumo hacia productos más saludables y, por último, el hecho de que Pescanova sea la única multinacional del top 20 mundial con plena integración vertical, como también avanzó este periódico. El cliente será el verdadero juez -o verdugo- de los planes de González. "Tenemos un árbol con raíces profundas, y las ramas serán los nuevos productos y canales. No será fácil, no lo es para nadie, pero no vamos a defraudar".

Con los convenios de Bajamar Séptima, Frinova, Pescanova, Pescanova Alimentación, Frigodis y Frivipesca ya denunciados -tras expirar su vigencia-, el consejero delegado aprovechará las negociaciones con los sindicatos para acometer ajustes "negociados" con los sindicatos, y descarta a priori medidas traumáticas. Aunque las fábricas están bien dotadas y pueden afrontar el reto de nuevos lanzamientos, necesitan ganar competitividad "para salir a flote" y el ajuste interno será una de las vías que llevará a cabo Nueva Pescanova con la marca como "embajadora" principal del grupo. La compañía, salvo la liquidación de Acuinova SL, no efectuó despidos durante el concurso. Los convenios vencidos afectan a más de 900 trabajadores.