La mayoría de los proveedores gallegos que han quedado excluidos -total o parcialmente- del reparto de piezas y componentes del K9, la próxima generación de furgonetas que PSA-Vigo lanzará en 2018, se la juegan literalmente con este nuevo proyecto. Éste es el caso de plantas como las de Faurecia Asientos de Galicia en Valadares, que trabaja en exclusiva para la factoría viguesa de PSA, y que el pasado mes de septiembre perdió los asientos del K9 a manos del grupo Antolín, o de Faurecia Sistemas de Escape en O Caramuxo, que cayó en la puja frente a la multinacional germana Eberspächer.

Estas empresas, al igual que con el K9, tendrán que volver a competir con proveedores instalados en Galicia, en el Norte de Portugal y en Marruecos. En el caso concreto de Asientos, la consecución del nuevo modelo al que opta PSA-Vigo resulta crucial para compensar el espacio que partir del segundo trimestre de 2018 dejarán las actuales furgonetas viguesas, las Berlingo y Partner (proyecto B9), modelos que sostienen más de la mitad de la producción de esta planta del grupo francés Faurecia y el mantenimiento de los tres turnos de producción. Esta factoría emplea a cerca de 400 trabajadores.

Según ha podido saber este periódico, los fabricantes de componentes tienen que estar en condiciones de presentar ofertas para este nuevo proyecto el próximo verano, lo que ha llevado a varias de estas empresas a negociar planes de competitividad -ya sea mediante acuerdos puntuales o a través de los convenios colectivos- para no quedarse fuera de esta nueva oportunidad, lo que, en algunos casos, pondría en peligro su futuro.