El expresidente de la primera caja en ser rescatada con dinero público durante la crisis -Caja Castilla La Mancha (CCM)- Juan Pedro Hernández Moltó aseguró ayer que su papel en la entidad era el de "animador sociocultural", y defendió que las cuentas del ejercicio 2008 que presentó al Banco de España eran "transparentes y provisionales". Durante la primera jornada del juicio sobre la presunta ocultación de pérdidas de la caja, Hernández Moltó dijo "no haber sido consciente" de que la aplicación de los requerimientos del informe realizado por el Banco de España podrían reflejar pérdidas en la caja, cifradas en 182 millones de euros en lugar de los 30 millones de beneficios.

Sobre la concesión de préstamos "con trato de favor al deudor" -la caja se expuso ante clientes poco solventes y sobreexpuestos al ladrillo-, Moltó indicó que, aunque desconocía "las tripas del asunto", la ejecutiva "se fiaba" del comité superior de riesgos. Asimismo, sostuvo que todas las operaciones fueron aprobadas "de forma unánime" por los miembros del consejo, a quienes nunca se les omitió el informe con las peticiones del Banco de España. Moltó hizo hincapié que en la caja estaban "perfectamente tranquilos" con las cuentas, y defendió reiteradamente que las plusvalías auditadas en verano de ese mismo año alcanzaban los 800 o 900 millones de euros, suficientes para cubrir posibles cargos patrimoniales.