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Un conflicto sindical complica el inicio de la temporada de pota en el caladero argentino

La campaña arranca el lunes y el sindicato que negocia el convenio colectivo descarta una huelga en las principales firmas -La tripulación pide un complemento variable al salario

Buques poteros y tangoneros de Vieira Argentina. // Mar y Pesca

El inicio de la campaña de calamar en el caladero argentino preocupa a parte de las compañías gallegas que operan en el país. El convenio colectivo para la tripulación de los buques poteros está vencido y la parte sindical aspira a sellar una mejora "cuanto antes", reclamación que desoye la Cámara de Armadores de Poteros Argentinos (CAPA) al entender que no se dan las condiciones para modificar al alza dicho convenio. Forman parte de CAPA las empresas Pesquera Cruz del Sur, participada por Fandicosta, y Pesquera Deseado, la filial de Grupo Profand. Fuentes próximas a CAPA indicaron a FARO que "no se puede garantizar" que este lunes, cuando arranca la temporada de pota, los barcos que no están integrados en esta asociación cumplan con el calendario habitual.

"Las dificultades por lo general se presentan con aquellas empresas que no se integran en las cámaras", sostuvo a este periódico el presidente de la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, Jorge Frías. En el caladero argentino operan asimismo empresas de capital gallego como Pescanova -a través de Argenova-, Iberconsa y Vieirasa -con su socio local Newsan Food-. Pescapuerta, a través de Polaris Ursae Minoris, comercializa la producción de su partner Estrella Patagónica. "Por nuestra parte", indicó Frías en relación a sus asociados, "el inicio de la pesca de calamar no presenta demora alguna". Un mensaje del que no se fían plenamente desde Vigo. "Tendremos que esperar". La próxima reunión entre la parte empresarial y los sindicatos se celebrará el 16 de febrero, una vez iniciada la temporada, y desde Argentina se descarta de plano la huelga. "Estamos conversando con madurez y seguramente mientras se desarrolla la pesca alcanzaremos un acuerdo", zanja Frías.

Las desavenencias nacen de la renovación del convenio colectivo y la necesidad, a ojos del sindicato, de "incluir conceptos que no son necesariamente salariales y tienen que ver con la dignidad del trabajador y los derechos laborales adquiridos y contemplados en la legislación argentina". Para Jorge Frías es necesario incorporar al salario "la participación en la producción", un porcentaje variable sobre la nómina base que generaría "una motivación mayor por el éxito de la pesca y la distribución de la ganancia". La tripulación cobra en pesos argentinos, no en dólares, de ahí que los sindicatos argumenten que las empresas tienen unos ingresos "más estables" y no sujetos a la devaluación de la moneda. Las empresas, por su parte, sostienen que los "continuos cambios" en la economía del país, que ahora regenta Mauricio Macri, hacen inviable una mejora del convenio.

Según la Subsecretaría de Pesca argentina, los 60 buques poteros que operan en el país desembarcaron 126.531 toneladas de calamar en 2015, un 25% menos que en el ejercicio anterior y un 34% por debajo de las capturas de 2013. Por este motivo la patronal de las armadoras habla de una "crisis gravísima" en el sector que impide elevar las nóminas, congeladas desde 2014. Frente al descenso de desembarques de pota se registró un incremento del 10,5% en los de langostino, una especie mucho más rentable, y de un 1,5% en la merluza (la variedad hubbsi). Las capturas de merluza negra, la más cotizada en el mercado internacional, se redujeron un 12,6%.

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