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Nuevos ajustes

Faurecia urge tocar salarios para optar a nuevos pedidos

La dirección de Asientos plantea ajustes económicos y otros cambios en la jornada

Vista general de las instalaciones de Asientos de Galicia en el Parque Tecnológico de Valadares. // J. Lores

La dirección de Faurecia Asientos de Galicia ha puesto sus cartas boca arriba. Después de perder el lote completo de asientos del proyecto K9 (la próxima generación de furgonetas que lanzarán PSA Peugeot Citroën y Opel) a manos del Grupo Antolín el pasado septiembre, los responsables del centro ya habían adelantado la necesidad de ajustar la estructura de costes para mejorar su competitividad de cara a nuevos proyectos, como el próximo lanzamiento por el que pujará PSA-Vigo. Y ayer aprovecharon el inicio de las negociaciones del nuevo convenio colectivo para exponer sus demandas, entre las que se incluyen recortes en materia salarial, la introducción de una nueva categoría profesional de entrada, extender la contratación parcial a los turnos de día, un nuevo turno central y cambios en la duración y distribución de la jornada.

La empresa argumenta que es necesario adelgazar la estructura de costes de Valadares para que no se repitan experiencias como la del proyecto K9 (Antolín Vigo se impuso por mejor precio), que ha colocado a esta planta en una situación comprometida para asegurar carga de trabajo para toda la plantilla (cerca de 400 trabajadores) a partir del primer trimestre de 2018. El centro precisa firmar nuevos pedidos que ayuden a suplir el volumen de las furgonetas, y el principal proyecto por el que peleará es el nuevo vehículo al que aspira la planta de Balaídos de PSA, cuya adjudicación podría producirse antes del verano, como adelantó FARO. Pero para tener garantías, los responsables de Asientos de Galicia quieren presentarse ante PSA con un plan de competitividad bajo el brazo.

Dicho plan pretenden consensuarlo a través del nuevo convenio colectivo, cuya negociación comenzó ayer. La empresa plantea un convenio a tres años (2016-2018) con cambios en cuatro grandes apartados: jornada de trabajo, empleo y contratación, clasificación profesional y percepciones económicas. En este último piden suprimir el importe fijo de 480 euros/año del plus de absentismo a partir de 2018 y eliminar el plus de transporte desde ese mismo año, entre otros recortes. También limitan los incrementos salariales al 0,3% (no consolidable) para el primer año de convenio; al IPC real de 2016 (no consolidable) para el ejercicio 2017 y al IPC real de 2017 (si no hay carga de trabajo) para 2018 o al 0% si hay trabajo.

Jornada

En cuanto a jornada de trabajo, la dirección quiere utilizar el diferencial de la jornada existente para trabajar los primeros sábados desde 2016 y ampliar la jornada ordinaria a seis días desde este año. También propone crear un nuevo turno de trabajo central (de 10.00 horas a 18.00). En el capítulo de empleo, Faurecia aspira a incorporar el contrato a tiempo parcial con distribución irregular de la jornada para los contratos temporales en el turno del día desde este año. Y sobre contratación, la compañía pide una nueva categoría profesional de entrada durante tres años con un salario un 20% inferior al de especialista durante los años de convenio. La empresa ya había implantado hace dos años una categoría similar, que fue recurrida en los tribunales por algunos sindicatos y anulada al final por el Tribunal Superior de Xustiza Galicia por discriminatoria.

Los representantes de los trabajadores ya habían advertido tras la pérdida del K9 que la plantilla de Valadares había asumido suficientes sacrificios y que la responsabilidad era exclusiva de la empresa.

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