relación al producto interior bruto (PIB), según el avance hecho público ayer por Eurostat (la oficina estadística de la UE) con datos al cierre del tercer trimestre del año pasado. En los últimos cuatro años España escaló siete puestos en el endeudamiento público. España había concluido la anterior legislatura, en 2011, con una deuda soberana inferior al promedio de los 28 países de la UE y de los 19 del euro, y en el puesto 14º. Ahora ocupa el 7º.

Por delante de España se sitúan Grecia (con una deuda soberana equivalente al 171% de su PIB nacional), Italia (134,6), Portugal (130,5), Bélgica (108,7), Chipre (109,6) e Irlanda, que, con un apalancamiento del 99,4% del PIB, aventaja a España en una sola décima.

En términos absolutos (deuda en millones de euros), España, según Eurostat, ocupa el octavo lugar, con algo más de 1,062 billones de euros al cierre de septiembre. Esta cifra ha sido superada desde entonces. El último dato conocido, actualizado hasta noviembre, y que fue difundido por el Banco de España el pasado día 16, situó la deuda pública española en casi 1,068 billones de euros.

El aumento de la deuda pública en España se produce pese a que el endeudamiento estatal conjunto de los países del área se está reduciendo. En el último año (entre el tercer trimestre de 2014 y el mismo periodo de 2015) el peso medio de la deuda soberana bajó en la UE del 86,9% al 86% del PIB y el de la eurozona cayó del 92,3% al 91,6%. El dato de la UE es menos fidedigno que el de la eurozona, dado que está condicionado por la depreciación del euro, lo que acrecienta el peso de los endeudamientos de los Estados de la UE con moneda propia.