Renault anunció ayer que va a corregir un "error" en la programación de los filtros de gases contaminantes de 15.000 de sus coches Captur, fabricados en Valladolid (España), mientras prepara un plan para reducir las emisiones de futuros vehículos y de otros que ya están en circulación. El fabricante francés está en el centro de la tormenta desde que la semana pasada se reveló que es objeto de una investigación por los servicios antifraude porque las emisiones de algunos de sus modelos en carretera son varias veces superiores a las que figuran en el manual de homologación.

La correción en esas 15.000 unidades del crossover Captur consiste en una nueva calibración de la válvula de recirculación de gases de escape, conocida como EGR. Fuentes de la compañía explicaron ayer a Efe que se trata de corregir un fallo en el modernizado motor diesel 1.5 dCi de 110 caballos de potencia, que empezó a fabricarse en junio de 2015 y, en concreto, en la calibración de la válvula EGR.

El problema fue detectado por la compañía el pasado septiembre, fecha en la que ya hizo la corrección en la línea de producción, al igual que fue actuando sobre las unidades que han ido pasando por los talleres para las revisiones rutinarias.

Hasta ahora han sido 22 los vehículos que se han sometido a los test de control de emisiones en Francia, diferentes a los necesarios para su homologación, y han puesto en evidencia que varios de ellos -incluidos el Captur y el nuevo Espace 5 de Renault- contaminan mucho más en un escenario de conducción real.

Los servicios antifraude realizaron registros en varias sedes del grupo francés, que puso el acento en que, al contrario que Volkswagen, no ha cometido ningún fraude y en que todos sus vehículos cumplen las reglas de homologación.