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Los bancos canjearán la deuda de Pescanova por capital para atar su control

Tiene el pasivo provisionado, pero dejaría de cobrar intereses -Quiere blindar su proyecto frente al "órdago" de los antiguos socios -Bankia niega que esté obligada a desinvertir

Uno de los edificios del Grupo Pescanova en Chapela. // Marta G. Brea

"Los bancos no han digerido que ganásemos con nuestra propuesta del 20%". Así interpreta el portavoz de unos de los fondos internacionales de referencia en Pescanova SA -la antigua matriz de la pesquera- el recrudecimiento de las malas relaciones entre las entidades financieras y los antiguos accionistas. "Jacobo [en relación al administrador único de Nueva Pescanova, Jacobo González-Robatto] está intentando calentar la próxima junta con la amenaza de denunciar el cambio en los estatutos", como publicó ayer FARO. Pero desde las principales entidades acreedoras de la compañía (G7), que además poseen más del 62% del accionariado, el nervio se cambia con vehemencia: "Hay cientos de millones de euros para canjear en ampliaciones de capital", sostienen fuentes próximas a la banca. Se harán cuantos trueques sean necesarios para que el G7 tenga una travesía lo más tranquila posible durante los entre tres y cuatro años que pretende manejar Nueva Pescanova. No quieren que la acometida del 20%, por la cual la vieja Pescanova se quedó con una quinta parte de la multinacional sin desembolsar los 7,32 millones fijados por convenio, se repita de nuevo.

Los antiguos accionistas reivindican su "posición de control" en la compañía porque los bancos "son individualmente minoritarios", algo que en el G7 admiten sin recato. "Claro que sí, como que modificaron los estatutos para vetar cualquier ampliación de capital hasta el 31 de julio y para conformar el consejo de administración", replica un portavoz. Pero, como publicó ayer este diario, esperan que en la próxima junta general -que se celebrará en febrero o marzo- se devuelva la redacción de los estatutos a su literatura inicial o, de lo contrario, llevarán el cambio a los juzgados. Y, en todo caso, los bancos pueden hacer más de una ampliación de capital en Nueva Pescanova a medio plazo canjeando deuda por acciones. "Toda la deuda está provisionada, así que no impacta en el resultado". El único handicap es que las entidades ingresarían menos dinero en concepto de intereses por la deuda porque el capital "no aporta nada a día de hoy". Cuando se produzcan estas ampliaciones -si es que se ejecutan, algo que dan por hecho en el mercado-, los viejos accionistas tendrán que poner dinero sobre la mesa para no ver diluida su participación.

¿Están dispuestos? Sí. Broadbill Investment Partners, Cartesian Capital Group, Iberfomento y Crisgadini (sociedad del matrimonio Fontán-Masaveu) ya han evaluado este desembolso, aunque oficialmente aseguran que no han hecho cuentas. Uno de estos accionistas explicaba ayer que Pescanova SA no tendría que cotizar -está suspendida desde marzo de 2013- para ampliar capital y responder así a un canje de deuda por acciones por parte del G7. "No sería necesario, solo habría que acordarlo en una asamblea general". Accionistas que se han reunido con este grupo de inversores aseguran que incluso han barajado la posibilidad de incrementar capital en la vieja Pescanova en 250 millones de euros. "Rumores", responden desde el entorno del consejo de administración de la vieja matriz.

Los "rumores"

Tanto Crisgadini como Iberfomento elevaron capital en 2015 para alcanzar los seis y cuatro millones, respectivamente, como desveló FARO. Broadbill también está "dispuesto a poner dinero". Cuánto, cómo y cuándo todavía no lo han aclarado. Sí que dan por hecho que BBVA (6,25%) y Bankia (4,59%) venderán su participación en Nueva Pescanova. "Estos se van", zanja un fondo inversor. Para el caso de Bankia aseguran que tiene que hacerlo por mandato europeo, si bien desde la entidad que preside Ignacio Goirigolzarri niegan la mayor. "Las participadas que tiene el banco por canje de deuda -como es el caso de la pesquera gallega- no están en el esquema de Bruselas. No hay ni plazos ni prisas para acometer cualquier desinversión", explica un portavoz oficial. Cosa bien distinta es que, como el resto de firmas del G7 (Sabadell, Popular, CaixaBank, Abanca, Bankia, BBVA y UBI Banca), no tengan vocación de permanencia perpetua. "La vocación del banco es no tener participaciones industriales, sino dedicar nuestros recursos a dar crédito", sostienen las entidades. Las dos únicas firmas que sí podrían abandonar el barco de forma más prematura que el resto son BBVA y UBI Banca, pero desde el G7 aseguran que no afectaría a sus planes y no perderían el control de Nueva Pescanova. Ambos bancos suman el 10,39% de la empresa.

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