El Ibex 35 ha cerrado la sesión de este lunes con un recorte del 0,26%, lo que ha llevado al selectivo a situarse por debajo de la cota psicológica de los 8.900 puntos (8.886,1) con el fantasma de China aún en el horizonte.

En el mercado de deuda, la prima de riesgo se ha colocado en 126,85 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 1,805%. Mientras, en el mercado de divisas, el euro se intercambiaba a 1,0890 dólares.

Las constructoras OHL y Sacyr han encabezado las pérdidas de la jornada de hoy, con una caída del 4,15% y del 3,26%, respectivamente, seguidas de Repsol, que no ha conseguido aguantar el tipo y ha retrocedido un 2,16%. Acerinox, con pérdidas del 2,12%, y Grifols (-1,99%) también se han adentrado en terreno negativo.

Por el contrario, Gas Natural se ha erigido como el mejor valor del selectivo, con un repunte del 1,35%, seguido de Santander (+0,99%), Sabadell (+0,98%), Amadeus (+0,91%) y Enagás (+0,5%).

Salvo Santander, que ha escapado a los 'números rojos', el resto de los 'blue chips' han mostrado signo negativo con caídas que han oscilado entre el 2,1% de Repsol y el 0,1% de Iberdrola. Telefónica se ha dejado un 1,2%, Inditex un 0,7%, Endesa un 0,3% y BBVA un 0,17%.

De este modo, el selectivo español se mantiene en línea con las principales plazas europeas, poco optimistas en la sesión de hoy: Francfort ha repuntado un 0,19%, Londres ha caído un 0,39% y París un 0,07%.

El estratega de mercados de IG Daniel Pingarrón ha indicado que la situación actual de las Bolsas "se parece bastante" a la que se planteó en los meses de agosto y septiembre, cuando los índices bursátiles experimentaron su peor caída desde 2011.

"La situación de China está generando un pánico financiero muy apreciable a través de tres vectores: el desplome de las Bolsas chinas por cuestiones regulatorias y de funcionamiento, la caída constante del yuan, y las dudas de fondo que suscita el crecimiento futuro de la segunda mayor economía del mundo", ha precisado.

A su juicio, este pánico se acrecienta con las derivadas que se generan en las materias primas y en las divisas emergentes, a lo que hay que sumar las tensiones geopolíticas suscitadas en Oriente próximo (Arabia Saudí e Irán) y en Corea del Norte, circunstancias que "avivan" las ventas.