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El futuro de la multinacional pesquera

La "vieja Pescanova" reúne 10 millones de euros para iniciar la recompra del holding

Iberfomento sigue los pasos de Carolina Masaveu y amplía capital en 3,84 millones

José Antonio Pérez-Nievas. // FdV

Con la compañía en manos de la banca, y con Jacobo González-Robatto tomando las primeras decisiones en materia de gestión en Chapela, la vieja Pescanova continúa su actividad en paralelo no solo para conseguir la vuelta a Bolsa de la empresa, sino para coger músculo de cara a recomprar la multinacional a las entidades financieras. La antigua matriz pesquera es hoy una sociedad de cartera con el 20% de las acciones en Nueva Pescanova SL, y oficialmente esperará a ver si hay "interés del mercado" en ejecutar una ampliación de capital una vez sus títulos vuelvan al Mercado Continuo. Pero dos de los principales accionistas de Pescanova SA han rearmado ya sus empresas para cuando llegue ese momento. El primero fue Diego Fontán, esposo de Carolina Masaveu, que en octubre amplió capital en Crisgadini SL hasta los seis millones de euros, como publicó FARO. A éste se ha sumado Iberfomento, que el pasado noviembre con un aumento de 3,84 millones de euros. Tiene un capital desembolsado ahora de cuatro millones. Las dos empresas suman el 10,523% de Pescanova SA. En total, Crisgadini e Iberfomento tienen un capital social desembolsado de 10 millones.

Según consta en el Boletín Oficial del Registro Mercantil, el 11 de noviembre Iberfomento pasó de ser una sociedad anónima a una limitada, y formalizó el aumento de capital. Al frente de la compañía continúa José Antonio Pérez-Nievas, exconsejero de la pesquera que dimitió tras ser imputado por uso de información relevante y falsedad continuada en documento mercantil (fue desimputado de la segunda acusación). Su lugar en el consejo lo ocupó Fernando Herce, quien presidió las dos últimas asambleas de Pescanova y defendió no solo el trabajo del consejo, sino que abanderó también los derechos de todos los accionistas minoritarios de la pesquera. Los mismos que ahora temen que los grandes inversores diluyan su pequeña parte tanto en la matriz como en Nueva Pescanova SL.

Lo primero que necesita la llamada vieja Pescanova para volver a cotizar es tener las cuentas anuales de la matriz -deberían estar disponibles a finales de enero- y del holding Nueva Pescanova, que tiene de límite hasta el 29 de febrero. Hasta esa fecha no es posible regresar al parqué. A continuación, como ya avanzó este periódico, su intención es de conocer si existe o no ese "interés" en el mercado para ampliar capital en Pescanova SA, que los principales fondos ya dan por descontado. De este modo, la antigua matriz pesquera dispondría de músculo financiero para afrontar el incremento de capital que, como temen, ya prepara el llamado G7 (Sabadell, Popular, Abanca, Bankia, CaixaBank, BBVA y UBI Banca). En caso de que las entidades lanzasen una ampliación de 100 millones, por ejemplo, tanto con aportación dineraria como por canje de deuda, la vieja Pescanova tendría que aportar 20 para no perder su actual posición accionarial en la compañía pesquera. Y, más aún, tomaría fuerza de cara a comprar las participaciones que tienen los bancos en la empresa, aunque el G7 firmó un compromiso de permanencia de tres años en el capital de Nueva Pescanova.

Además de Iberfomento y Crisgadini, fondos como Broadbill Partners están en el mismo bando y admiten que la intención es recomprar acciones y deuda de la multinacional con la ayuda de otras firmas de inversión extranjeras. Con la incógnita de Damm y Luxempart -ambos depreciaron a cero el valor de sus acciones en la multinacional-, Cartesian ya habría contactado con Broadbill para coordinarse de cara a "recuperar" Pescanova. Ambos fondos norteamericanos acumulan más del 8% en la pesquera. Desde el entorno del consejo confían en que la banca vaya soltando lastre de Pescanova a corto y medio plazo, y señalan sobre todo a Bankia (nacionalizada) y UBI Banca (sin arraigo en España).

El Supremo ratifica una multa de 200.000 euros a Fernández de Sousa

  • El Tribunal Supremo ha confirmado una multa de 200.000 euros al expresidente de Pescanova Manuel Fernández de Sousa por difundir datos "inexactos, no veraces y engañosos" sobre la firma pesquera en marzo de 2013, en plena crisis empresarial. De esta forma, el Alto Tribunal ha desestimado el recurso de casación interpuesto a Fernández de Sousa contra la sentencia dictada por la Audiencia Nacional el pasado 15 de abril de 2015.Con la sentencia hecha publica ayer, a la que tuvo acceso Europa Press, el Tribunal Supremo ratifica la sanción impuesta al expresidente de Pescanova por el Ministerio de Economía el pasado 17 de diciembre de 2013 por la comisión de una infracción muy grave tipificada en la Ley del Mercado de Valores. En concreto, coincidiendo con el 14 de marzo de 2013, Pescanova remitió un hecho relevante a la CNMV en el que aseguraba que su consejo de administración, reunido ese día en sesión extraordinaria y presidido por Fernández de Sousa-Faro, acordó por unanimidad "ratificar la línea de reestructuración de su política financiera".

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