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Nueva etapa para la compañía gallega

San José aspira a cerrar el año sin pérdidas por primera vez desde el colapso del ladrillo

- La constructora, liberada de su división inmobiliaria, gana 3,5 millones hasta septiembre -Fía su recuperación a la obra no residencial -Es la tercera mayor empresa de Pontevedra

El milagro económico español se financió a base de deuda. Cuando la crisis del ladrillo había llegado para quedarse las entidades financieras tenían 130.438 millones de euros de saldo vivo en empresas de construcción en España, y otros 322.984 millones en empresas de promoción inmobiliaria. Era el año 2009. La morosidad de las constructoras ascendía al 8,48%, por el 10,08% de las inmobiliarias. A cierre de 2014 los créditos dudosos de la construcción se dispararon al 32,62%, por el 36,21% de la promoción. La banca tuvo que quedarse con carteras enteras de viviendas y suelo a cambio de una deuda que las empresas ya no podían pagar, como fue el caso de Grupo San José. La empresa pontevedresa, ya sin el lastre del ladrillo en su balance, aspira a cerrar 2015 en números negros -sin pérdidas- por primera vez desde el colapso del mercado inmobiliario.

Según los últimos datos semestrales remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía que preside Jacinto Rey facturó 268 millones de euros, un 28,6% más que en 2014, y obtuvo un resultado de 598.000 euros. Fue entonces la primera vez que el mercado podía dejar se asociar el nombre de la empresa a la palabra "pérdidas" tras años de travesía por el desierto. Hasta el 30 de septiembre, la cifra de negocios ascendió a 397,6 millones de euros -un 24,2% más-, y el beneficio superó los 3,5 millones de euros. La recuperación de la compañía ha sido posible gracias al acuerdo in extremis alcanzado con los acreedores el 30 de diciembre del año pasado, por el cual San José entregó las llaves de su división inmobiliaria a cambio de una deuda superior a los 750 millones.

La compra de Parquesol

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Como sucedió con Martinsa y Fadesa, San José completó su aspiración de salir a Bolsa tras adquirir Parquesol por 917 millones de euros. En 2006, cuando la compañía pontevedresa (la segunda de la provincia por volumen de facturación, tras PSA-Vigo y Pescanova) lanzó la OPA amistosa a esta segunda sociedad, el valor bursátil de Parquesol era de 941,4 millones de euros. Hasta el día que se suspendió su cotización (17 de julio de 2009), la capitalización bursátil había bajado casi un 70%, hasta los 298 millones. Grupo San José vale a día de hoy un 80% menos, 61,12 millones. Esto es, la firma de Jacinto Rey pagó 971 millones por una empresa que acabaría teniendo un valor de apenas 300. Y el crédito sindicado que pidió para ejecutar la absorción, sumado al pasivo que ya arrastraba la empresa, colocó a San José al borde del concurso de acreedores.

A día de hoy el grupo confía su recuperación al segmento de la construcción no residencial, que aporta casi el 70% de la facturación (278 millones hasta septiembre). La mayor parte de los ingresos en este segmento proceden del exterior (164,4 millones), y la edificación de viviendas apenas representa el 3,2% de la cartera de San José. Su división inmobiliaria está en manos ahora del fondo Värde Partners, que adquirió el paquete que estaba en manos de Banco Popular y ahora controla el 51% del capital. En septiembre lanzó una ampliación de capital de 74 millones de euros y nombró presidente a Francisco Milone, alto directivo de Värde y ex de Goldman Sachs International.

Grandes fiascos con distinto final

  • Grupo San José esquivó el concurso de acreedores pese a que cometió -en parte- el mismo error que Martinsa: absorber a una firma más grande a costa de financiación bancaria.| Martín vs. Jove. En el momento de la fusión, los activos de Martinsa ascendían a 842 millones, que se dispararon hasta los 9.581 tras la operación. La mayor parte de la deuda que asumió la compañía de Fernando Martín para comprar la de Manuel Jove debía devolverla antes de un año. No pudo y presentó el que, hasta Abengoa, había sido el mayor concurso de la historia empresarial española, de 7.200 millones. Martinsa Fadesa trató de evitar la liquidación, pero no pudo.| El acuerdo de FCC. Según un informe de Thomson Reuters, la cuarta mayor operación de reestructuración de deuda acordada en 2014 en todo el mundo fue la de FCC, de 4.512 millones de euros. El grupo comandado por Esther Koplowitz retrasó el vencimiento del pasivo hasta 2017 y accedió a convertir en acciones hasta 1.350 millones de la deuda.| El caso alemán. IVG Immobilien nació como una compañía industrial dedicada al acero y el carbón que apostó por el mercado inmobiliario a mediados de los noventa, principalmente centrado en inmuebles de uso comercial. En verano de 2013 solicitó la suspensión de pagos y logró esquivar la liquidación gracias a un acuerdo con sus acreedores. Refinanció 5.589 millones de euros al cambio actual de divisa, según los datos de Reuters.| Reyal Urbis. La compañía necesitaba refinanciar una deuda de 3.600 millones de euros para esquivar la quiebra tras haber solicitado el concurso de acreedores en 2013. Este verano presentó en el juzgado una propuesta de convenio, con quitas del 90% para los acreedores con más de 3.000 euros de deuda. El magistrado rechazó la propuesta.| Hábitat, la excepción. Acumuló un pasivo superior a los 2.850 millones de euros tras haber entrado en el top 5 de las mayores promotoras de España. Superó el concurso y está bajo el control de Goldman Sachs, Bank of America Merrill Lynch, Capston, Marathon y SC Lowy, como publicó El País.

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