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El futuro de la multinacional pesquera

El G7 prevé diluir a la matriz de Pescanova en el futuro grupo con canje de deuda o efectivo

La banca "tiene claro" que habrá aumento de capital en Nueva Pescanova y no descarta que se ejecute antes de salir a Bolsa -"Que lo hagan, tenemos cash", retan los grandes fondos

El futuro presidente de Nueva Pescanova, Jacobo González-Robatto (dcha.), en la junta de la pesquera. // M. G. B.

"No está totalmente planificado pero lo damos por hecho. El año que viene habrá ampliación de capital en Nueva Pescanova". El núcleo duro de la banca acreedora, el denominado G7, ya es oficialmente titular del 62,35% del holding pesquero que heredará el legado de la segunda multinacional de Galicia. Pero su intención inmediata, al margen de la toma de posesión como dueño mayoritario, es de incrementar su peso en la compañía con un aumento de capital en los primeros meses de 2016, incluso antes de la vuelta a cotización de Pescanova SA. La conocida como vieja Pescanova, de la que el 60% pertenece a accionistas minoritarios y el resto a fortunas como la de Carolina Masaveu, Manuel Fernández de Sousa, la familia Carceller o los fondos Luxempart, Cartesian o Broadbill, tendrá que poner dinero sobre la mesa si no quiere ver diluida su participación en la compañía, del 20% a día de hoy.

Al G7 nunca le sentó bien que la matriz, Pescanova SA, se quedara con el 20% del futuro grupo -comenzará a funcionar el 1 de diciembre- sin haber desembolsado los 7,32 millones de euros que establecía el convenio. "Si quieren mantenerse tendrán que poner dinero, al igual que hicimos nosotros", exponen fuentes financieras. Desde la banca todavía no tienen claro si la ampliación de capital en Nueva Pescanova -la que se cerró esta semana fue de 12,18 millones- se llevará a cabo con inyección de dinero fresco o con más canje de deuda por capital. El pasivo actual de la multinacional roza los 980 millones de euros, a los que habría que descontar unos 44 tras la aprobación del convenio de la filial argentina, Argenova.

La postura de las entidades es "incomprensible" para los socios de la vieja Pescanova, que creen que "lo justo" es mantener su 20% dado que han entregado al G7 una empresa con 100 millones de patrimonio y una facturación anual que supera los 1.000 millones de euros. Si se consuma la amenaza del G7 los minoritarios volverán a perder una vez más -sus títulos a día de hoy no valen nada-, pero grandes fondos de inversión internacionales sí estarían dispuestos a responder al órdago de los bancos.

"Si hacen una ampliación de 100 millones, por poner un ejemplo, Broadbill Partners, Cartesian, Oppenheimer o Masaveu no tendrían ningún problema en suscribirla", explican desde el entorno de uno de los fondos de referencia de Pescanova SA. "Que lo hagan, tenemos cash", coincide el máximo ejecutivo de una de estas firmas, que pide no ser identificado en esta información. Eso sí, para estas sociedades "lo lógico" sería que la banca compre su participación.

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