El trimarán del Proyecto Magallanes tocó ayer el agua por primera vez. El astillero vigués Cardama (Astilleros y Varaderos Francisco Cardama) botó el artefacto de 42 metros de eslora con el que la compañía redondelana Magallanes Renovables pretende obtener energía aprovechando la fuerza de las corrientes marinas para liberar espacio en sus gradas para otras actividades de reparación y construcción naval, y la estructura flotante fue remolcada hasta el muelle de reparaciones de Bouzas, donde se proseguirá con su obra.

En la construcción del trimarán (que pesará unas 350 toneladas) participan una veintena de proveedores gallegos, además de empresas internacionales. La intención de Magallanes Renovables es que en 2016 el artefacto pueda trasladarse a Escocia (a las islas Orcadas) para realizar las pruebas del Centro Europeo de Energías Marítimas (EMEC, en sus siglas en inglés) para su homologación. El proyecto data de 2007 y la inversión alcanza los 14 millones de euros. Además de Magallanes Renovables, participan como socios Cardama y CNV Naval Architects. El proceso de botadura duró una media y se realizó sin problemas pese a las dificultades técnicas que entrañaba. El astillero preparará ahora los carros para acoger la reparación de un barco y más adelante, iniciar varias construcciones.