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Un astillero británico arrebata a Freire la obra del mayor oceanográfico del mundo

Cammell Laird se impone a la compañía viguesa y a otras cuatro factorías en el concurso para construir el nuevo barco de investigación del Reino Unido, que costará 270 millones

El buque oceanográfico más avanzado del mundo no será vigués. El astillero británico Cammell Laird (en el noroeste del país) se ha impuesto a la viguesa Construcciones Navales P. Freire y a otras cuatro factorías de Europa y Asia en el concurso internacional para la construcción del nuevo barco de investigación polar del Consejo de Investigación del Medio Ambiente Natural del Reino Unido (NERC, en sus siglas en inglés), un gigante de 124,9 metros de eslora por 24 de manga que tendrá un coste de 200 millones de libras (267,63 millones de euros al cambio actual), según informó la propia organización licitadora. Freire tenía claras opciones de hacerse con el proyecto por su experiencia exitosa con el RRS Discovery, entregado en 2013 al mismo armador.

El fallo del concurso se hizo público este lunes después de más de un año de negociación. El director ejecutivo de Cammell Laird, John Syvret, confía en que el contrato entre en vigor a finales de año para "asegurar los 400 puestos de empleo del astillero y otros 100 de la industria auxiliar local". La elección de un astillero británico para el proyecto fue celebrada por las autoridades públicas locales. El ministro de Ciencia y Universidades, George Osborne, explicó que la inversión de 200 millones de libras "asegura la posición del Reino Unido como líder mundial en investigación polar y proporciona un gran impulso a la construcción naval en el noroeste del país".

El nuevo buque será un coloso -es uno de los oceanográficos de mayor eslora de los proyectados hasta el momento- capaz de navegar hasta 60 días entre el hielo, y estará dotado de la última tecnología del mercado. Al concurso se habían presentado 28 astilleros de todo el mundo, y el NERC, un organismo similar al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español, seleccionó ocho factorías para la presentación de ofertas, de las cuales dos se retiraron: el grupo italiano Fincantieri y los surcoreanos de Daewoo. Freire era uno de los seis finalistas, con Vard Group (con factorías en Noruega y Rumanía), Hyundai Heavy Industries and Construction (Corea del Sur), Sembawang (Singapur), Babcock International Group (Reino Unido) y Cammell Laird.

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Al final la licitación recayó en esta última factoría, fundada en 1828 y que a lo largo de toda su historia ha construido 1.350 buques, entre los que se incluye el portaaviones Ark Royal. Esta compañía había entrado en suspensión de pagos en 2001.

Freire es el astillero con mayor carga de trabajo en la ría de Vigo en la actualidad. En construcción tiene un buque arrastrero congelador para Noruega, el Holmøy, de 69 metros de eslora, y un moderno oceanográfico para la Marina de Guerra de Perú, de 95 metros. Y a finales de año arrancan los trabajos del nuevo buque escuela encargado por la Armada de Indonesia, de 110 metros de eslora. A mayores, pendientes de entrar en vigor, el astillero tiene adjudicados otro buque oceanográfico de casco reforzado para India y un barco de investigación de menor tamaño (54,8 metros) para Kuwait.

Nodosa iniciará la próxima semana el corte de chapa para el nuevo arrastrero holandés

  • El astillero Nodosa de Marín (Nodosa Shipyard, la división naval del grupo industrial buenense Nodosa) iniciará en una semana el corte de chapa para el arrastrero de 30 metros contratado por un armador holandés el pasado verano, valorado en unos 5 millones de euros, según fuentes de la compañía. Nodosa simultaneará las obras del pesquero neerlandés con las de un palangrero de 60 metros para Malvinas y un remolcador de 30 metros de eslora y capacidad de tiro de unas 70 toneladas. El grupo Nodosa, propiedad de las familias Novas y Dopico, distribuye su actividad entre sus filiales industrial (Nodosafer, fabricante de maquinaria para sectores como el granito) y naval. El astillero siempre ha estado vinculado a la pesca, construyendo pesqueros y buques de apoyo para la acuicultura (bateeiros, etc.), aunque desde 2005 y hasta la actualidad, por la falta de subvenciones y ayudas a la renovación de las flotas, la factoría marinense se dedicó a otros barcos como los remolcadores y las ecodragas, segmento este último en el que ya es una referencia internacional.

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