La de ayer fue la junta más trascendental e histórica en los 55 años de historia de Pescanova. En la compañía existía ayer el "temor" a que hubiese algún tipo de altercado con los accionistas debido que se iba a aprobar una fuerte dilución de su inversión, aunque la propuesta aceptada fue la más satisfactoria para los socios. Por este motivo las medidas de seguridad en el cónclave, el de mayor asistencia desde el del 12 de septiembre de 2013 (el último al que asistió Manuel Fernández de Sousa), fueron mucho mayores y visibles. La compañía encargada de prestar los servicios de seguridad en Chapela reforzó sus efectivos e instaló un arco de seguridad en la entrada. Los responsables de la empresa celebraron el "sosiego" y "tranquilidad" de la asamblea.