Alrededor de 2,1 millones de vehículos de la firma automovilística Audi y 1,2 millones de Skoda incorporan el software que manipula las emisiones de los motores diésel de parte de los vehículos del consorcio alemán Volkswagen, según reconocieron ayer representantes de las citadas filiales sobre el escándalo que sacude el sector automovilístico europeo.

Según informó un portavoz de Audi, más de 1,42 millones de automóviles de la firma de los cuatro aros están afectados por el polémico trucaje en Europa Occidental, de los que 577.000 unidades se concentran en Alemania. Asimismo, explicó que del total de unidades de Audi que montan este propulsor que utiliza un software para manipular las emisiones durante los test, 13.000 unidades se vendieron en el mercado estadounidense. El mismo portavoz de la compañía con sede Ingolstadt resaltó que los modelos que montan dicho software son el A1, el A3, el A4, el A5, el A6, el TT, el Q3 (que se fabrica en Barcelona) y el Q5.

Volkswagen reconoció la semana pasada que son once millones los vehículos afectados en todo el mundo, pero hasta ahora no ha informado con precisión sobre las marcas de todos los coches trucados y las cifras no son claras. De esos once millones de vehículos, cinco millones son de la marca Volkswagen. Faltan por conocer los detalles sobre Seat y de la división de vehículos comerciales.

El grupo Volkswagen ha reconocido que ha engañado de forma sistemática, al menos desde 2009 y hasta 2014, al instalar un software en motores diesel que permite al vehículo reconocer que está pasando una prueba y trucar las cifras de emisiones de óxido de nitrógeno.

Las acciones de Volkswagen cayeron ayer el 7,46% en Bolsa, después de que el pasado viernes la compañía nombrara a Matthias Müller nuevo consejero delegado como sustituto del primer ejecutivo Martin Winterkorn. Los títulos de la multinacional germana cerraron ayer en Frankfurt a un precio de 99,3 euros, lo que representa una cifra 8 euros inferior a con la que cerraron la cotización el pasado viernes. Desde mediados de septiembre, la cotización del gigante alemán se ha hundido más del 40%.

La caída de ayer se produjo después de que el pasado viernes se nombrara a Müller como nuevo consejero delegado de la compañía, como consecuencia del caso de la manipulación de las emisiones de los motores diésel mediante un software. La multinacional había anunciado una reestructuración que incluía la sustitución de varios cargos directivos. Además, la corporación tiene previsto suspender con carácter "inmediato" a algunos de sus trabajadores por el caso de las emisiones.

El nuevo presidente dijo que ve a la compañía "ante la mayor prueba en la historia" del fabricante automovilístico, en vista del escándalo de manipulación de cifras de gases nocivos. Müller, ante algunos directivos del consorcio Volkswagen, afirmó que se "trata de volver a recuperar la confianza perdida" y subrayó que "para ello se necesita una explicación consecuente y sin miramientos".

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, reconoció ayer que el escándalo en torno a Volkswagen ha suscitado dudas de credibilidad más allá de esa empresa. En su intervención en un congreso en Berlín, el comisario europeo indicó que la crisis ha sido "muy importante" y ha causado un claro daño "a la imagen de la empresa" alemana, el mayor fabricante de vehículos del mundo.

Investigación

La fiscalía de Braunschweig (centro de Alemania) anunció ayer que ha abierto diligencias contra el expresidente de Volkswagen Martin Winterkorn por un presunto delito de fraude por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes. "El objetivo de las diligencias es especialmente la clarificación de las responsabilidades", aseguró en un comunicado la Oficina Central para Delitos Económicos de la fiscalía de Braunschweig.