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La carrera por las piezas de las futuras furgonetas de PSA

Grupo Antolín producirá los asientos del K9 tras imponerse por costes a Faurecia

El contrato blinda el futuro de la planta de la multinacional española en Valadares y fuerza a la de Faurecia a firmar nuevos pedidos para mantener sus 390 empleos a partir de 2018

Decisión sin precedentes en la historia reciente de la automoción viguesa. El grupo PSA Peugeot Citroën ha adjudicado la fabricación del 100% de los asientos del K9, la próxima generación de vehículos comerciales ligeros (furgonetas) que lanzará en Vigo y Mangualde (Portugal) a principios de 2018, a la multinacional española Grupo Antolín, según confirmó ayer la empresa con sede en Burgos a FARO. La decisión despeja el futuro del centro de Antolín en Valadares, que arrancó su actividad en 2006 y emplea a un centenar de personas, pero compromete la actividad de la planta de Faurecia ubicada en ese mismo parque empresarial, para la que las furgonetas de PSA representan más del 60% de su producción actual y permiten el mantenimiento de tres turnos de trabajo. Es la primera vez que Faurecia Asientos de Galicia -con cerca de 400 empleados- no logra los asientos de las furgonetas desde su puesta en marcha en 2002. La elección de Antolín podría afectar también a proveedores de segundo nivel como Grupo Copo o Trèves.

Al final no hubo una decisión salomónica por parte del grupo PSA. Fuentes sindicales y del sector confiaban en que el consorcio francés repartiese la carga de asientos del K9 -proyecto que incluye por primera vez una tercera silueta de Opel- entre las plantas de Faurecia y Antolín en Vigo, pero la multinacional española ha presentado una oferta más competitiva que la del grupo francés y se ha llevado el módulo completo de asientos (hasta tres hileras en algunas versiones del K9). "Hemos sido elegidos por PSA para el desarrollo, montaje y secuenciación de todo el programa K9", reconocía ayer la empresa a preguntas de este periódico. Hoy en día, el centro de Antolín en Valadares suministra la segunda fila de asientos de los monovolúmenes Citroën C4 Picasso, y en la carrera para adjudicarse el proyecto K9, esta planta había ejecutado de acuerdo con la plantilla un plan de competitividad y contención de costes en la negociación del último convenio colectivo (se introdujo una bolsa de horas, un turno de producción irregular y una nueva categoría salarial más baja, entre otras medidas).

A esto se suma el potencial de la multinacional burgalesa en la categoría de componentes de interior tras la reciente compra de una de las divisiones del gigante canadiense del sector Magna. Fuentes del sector apuntaron a FARO que Antolín ha presentado una oferta "muy agresiva" en costesAntolín y que PSA, en la búsqueda de la mayor rentabilidad posible para el proyecto, le ha adjudicado el paquete completo de asientos pese a competir Antolín con su propia filial. El centro de Valadares arrancó su actividad en 2006 para suministrar la segunda hilera de asientos de la primera generación del Citroën C4 Picasso, con la aspiración de llegar a 250 trabajadores, aunque en la actualidad tiene un centenar de empleados (el mercado de los monovolúmenes ha ido decayendo en los últimos años, por lo que la factoría se encuentra muy lejos de su plena capacidad operativa). Según indicó la propia empresa, "realizaremos todas las inversiones necesarias para cumplir con el plan industrial planeado por PSA".

La elección de Grupo Antolín frente a Faurecia representa un antes y un después en la historia de PSA y de la automoción gallega. Faurecia Asientos de Galicia comenzó a proveer a Balaídos en 2002 y provocó la externalización entonces del taller de sillería de la propia PSA-Vigo. Desde entonces, la planta de Valadares ha fabricado los asientos de todos los modelos lanzados en Vigo (es proveedor exclusivo) con la excepción de la segunda fila de los monovolúmenes C4 Picasso (de la actual generación y de la anterior). La planta es la cuarta empresa de componentes gallega por número de trabajadores (solo por detrás de GKN Driveline, ZF-TRW y BorgWarner) y la tercera por volumen de ingresos. Cuenta con 392 empleados (datos al cierre de marzo) y trabaja en tres turnos de producción en dos líneas, una de las cuales (la que tiene el tercer turno) sostenida básicamente por las furgonetas de PSA-Vigo, por lo que tras la pérdida del K9 ha visto comprometida su continuidad.

Diferencial de costes

Los otros modelos para los que suministra Faurecia Asientos de Galicia, los sedanes para mercados emergentes (proyecto M3-M4) y los monovolúmenes, ya tienen fecha de caducidad y generan un volumen de producción muy inferior al de las furgonetas (de las que se espera una producción anual superior a las 200.000 unidades durante una década). La plana mayor de la planta de Valadares comunicó ayer de forma oficial la pérdida del contrato por un "diferencial de costes" con el Grupo Antolín, por lo que solo asegura carga de trabajo para la totalidad de la plantilla hasta el primer trimestre de 2018. La empresa trasladó a los representantes de los trabajadores que las salidas para esta situación pasan por "revisar la estructura de costes" del centro y por competir por nuevos proyectos en 2016, tanto de PSA como de otros fabricantes, y recalcó la apuesta del Grupo Faurecia por la planta de Valadares.

El comité, en el que tienen representación los sindicatos UGT, CGT, CC OO, CIG y CUT, atribuyó directamente la pérdida del proyecto a la dirección del centro, al frente de la cual está José María Salazar desde hace varios años. "Non se entende que cos balances económicos destes derradeiros anos se puidese perder o K9", criticó, tras lo que apuntó que los trabajadores "sufriron e fixeron grandes esforzos por mellorar a competitividade desta planta".

A mayores, la decisión de PSA podría tener consecuencias sobre los proveedores de segundo nivel (TIER2) que suministran componentes para la fabricación de los asientos, como el grupo vigués Copo y Trèves, que han trabajado históricamente para Faurecia. Sobre este particular, Grupo Antolín reconoció ayer que "tenemos la firme intención de contar con el tejido industrial local para hacer frente a la producción de los asientos del K9". Se dará la paradoja de que será Faurecia la empresa que suministre desde Portugal la mayoría de las armaduras de los asientos del K9 a Grupo Antolín (las estructuras metálicas que sostienen los asientos de las furgonetas), como adelantó FARO el pasado mes de junio.

PSA antepone la rentabilidad económica a los vínculos "históricos y emocionales"

  • El presidente de PSA Peugeot Citroën, Carlos Tavares, lo advirtió en su primera visita de trabajo a la factoría de Vigo en febrero de 2014: toda decisión relacionada con el proyecto K9 se tomará estrictamente en base a criterios de rentabilidad económica, dejando a un lado vínculos "históricos y emocionales". Y los responsables de compras de la multinacional francesa han seguido sus instrucciones al pie de la letra. La adjudicación del programa de asientos del K9 a la multinacional española Grupo Antolín, al que aspiraba también su filial de componentes Faurecia, es una prueba evidente de este cambio de modelo.Del K9 depende el futuro de una docena de fabricantes de componentes gallegos, ubicados en su mayoría en la comarca de Vigo, sobre todo de los que trabajan exclusivamente para PSA, como las dos plantas olívicas de Faurecia (Asientos, que ya ha perdido el contrato, y Escapes), Plastic Omnium en Redondela o Trèves Galicia en Pontevedra, entre otros. Y también de toda la cadena de proveedores de segundo y tercer nivel que trabajan para los TIER1, entre los que encuentran los gallegos Viza y Copo. El primero, por ejemplo, ya perdió parte de las armaduras de los asientos del K9 (en la actualidad suministra el 100% de estas piezas a la actual generación de furgonetas de PSA, el proyecto B9), que se fabricarán en la planta que Faurecia tiene en São João da Madeira (en el distrito portugués de Aveiro).Más suerte han tenido Grupo Antolín Vigo, que acaba de adjudicarse el 100% de los asientos, Snop Estampación, Benteler Automotive, Denso Sistemas Térmicos España, Gestamp o ZF TRW, que ya cuentan con referencias del triple lanzamiento comercial que será el K9. La meta que se habían marcado los proveedores gallegos era -como mínimo- mantener el actual volumen de negocio del B9. Con el tiempo se verá si alcanzan este objetivo.

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