Ruíz-Mateos llevó a cabo diferentes operaciones a lo largo de su vida pero no muchas en Galicia. Una de ellas se vivió concretamente en la provincia de Pontevedra. Aquí, el empresario jerezano apostó por hacerse con Clesa, la firma situada en Caldas de Reis, para incorporarla a su departamento de alimentación en la segunda intentona empresarial a gran escala. Nueva Rumasa, de esta forma, compraba a la italiana Parmalat la empresa especializada en yogures en la que trabajaban, por aquel entonces, más de 100 personas.

El grupo de Ruiz-Mateos pagaba 188 millones de euros en efectivo por esta empresa y todas las actividades en España de Parmalat, intervenida por la justicia de Italia. Un capricho que, debido al pasivo que arrastraba Clesa, fue su perdición. En febrero de 2011 entró en concurso de acreedores.

Con más de 70 años de trayectoria en el sector, en la actualidad Clesa pertenece a 10 cooperativas lácteas gallegas unidas en la Agrupación de Cooperativas Lácteas SL (ACOLACT), que se hicieron con la firma en 2012.