Conocer de forma muy concreta el estado de los viñedos para así incidir en las plantas que más lo necesiten y obtener como resultado un vino de máxima calidad. Es la filosofía de la nueva iniciativa puesta en marcha por la Bodega Viña Costeira que, además de dejar una imagen insólita en la comarca de O Ribeiro, supone un aporte de modernidad a un proceso de elaboración totalmente tradicional.

La bodega ribadaviense inició ayer en sus viñedos de San Cibrao una serie de vuelos no tripulados con los que captar, a vista de pájaro, datos pormenorizados del estado actual de las plantas. Los drones, que comenzaron su periplo con algo de retraso por una pequeña cuestión técnica, van dotados con cámaras térmicas y multiespectrales capaces de visualizar longitudes de onda no apreciables por el ojo humano. Las imágenes recogidas en estos vuelos ofrecen datos sobre cuestiones como el estrés hídrico y los niveles de clorofila o antocianos, aportando a los técnicos de la bodega datos de gran fiabilidad para analizar la calidad y el potencial de cada racimo.

"El objetivo de este proyecto es hacer un mapa de las fincas y conocer, por zonas, el estado del viñedo y sus hojas. Así sabemos donde tenemos que trabajar para mejorarla, incidiendo en la calidad de la uva y, consecuentemente, mejorando los vinos", como explica la directora vitivinícola de Viña Costeira, Susana Gulín. Por eso, los drones sobrevolarán los cinco viñedos que la bodega tiene repartidos por cuatro concellos: San Cribrao (Ribadavia), Coio Branco (Castrelo de Miño), Riobóo y Saa (Cenlle) y Gomariz (Leiro), cubriendo un total de 50 hectáreas.

Vendimia

El vuelo de los drones en esta época, a menos de un mes para la vendimia y cuando las plantas están en el envero/maduración, permite conocer el índice de vigor de las plantas y, dependiendo de ello, saber si la planta va a madurar mejor o peor, como indica Susana Gulín.

Este proceso aporta importante información para gestionar el terreno, facilitando a los técnicos datos sobre dónde tienen que focalizar la mejora de los viñedos.

Dos veces por campaña

Estos primeros vuelos puestos en marcha por Viña Costeira coinciden con el momento de la vendimia, no obstante, según comenta la técnico de la bodega, es recomendable hacerlos dos veces por campaña.

Son aconsejables también antes del abonado para conocer el estado de las plantas en el inicio de la vegetación. "Aunque con estos dato ya tenemos buena información para el abonado, es recomendable hacer otro vuelo después". Asimismo, con los mapas que se obtienen se puede tener información para actuar en la época de poda "pudiendo hacer podas diferentes según el estado de cada planta", explica. Tras los vuelos, se necesitan seis días para la obtención de los datos. Cuentan con la colaboración de la Universidad de Santiago para interpretar los datos "porque no son fáciles y ellos cuentan con experiencia en estos trabajos".