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El futuro de la multinacional pesquera

Pescanova culmina la agrupación en Chapela de sus filiales españolas

Es el paso previo a la fusión de las subsidiarias dentro de Pescanova España SL -La firma se dedica a la importación de cefalópodos o surimi -Costó 18 millones de euros en 2007

Instalaciones de Fricatamar, una de las dos filiales valencianas del Grupo Pescanova. // FdV

En la calle José Fernández López de Chapela están domiciliadas ya Pescafina Bacalao (Paterna), Bajamar Séptima (Arteixo), Pescafina (Madrid) y Fricatamar (Godella, Valencia). La última se mudó a la parroquia de Redondela el pasado 29 de julio, como consta en el Registro Mercantil. Con esta especie de repatriación Grupo Pescanova culmina el proceso de unificación de sus filiales de fuera de Galicia en la sede central del grupo y allana el camino para que todas las subsidiarias españolas (a excepción de Insuiña, Novapesca Trading y Hasenosa) se integren dentro de Pescanova España, una sociedad limitada también constituida con domicilio fiscal en Chapela con 3.000 euros de capital social. Su lanzamiento, al igual que el de Nueva Pescanova SL, está previsto para el 15 de noviembre.

Para ello es preciso en todo caso que se convoque la junta general extraordinaria antes del 30 de septiembre y que, entre los puntos de la orden del día, se incluya la fusión de las compañías -para completar la reestructuración del grupo-, un extremo que no está del todo claro a ojos del consejo de administración. Como avanzó FARO en la compañía aseguran que es la matriz quien va a convocar la asamblea general y que ésta no tiene obligación de cumplir lo establecido en los convenios de las filiales. A saber, la ampliación de capital y la reorganización de toda la multinacional para formalizar el rescate de Pescanova. Mientras las disputas entre el consejo y el núcleo duro de la banca acreedora (G7) se mantiene, la empresa sigue cumpliendo la hoja de ruta, como demuestra la domiciliación de Fricatamar en Chapela.

Esta empresa fue adquirida por la Pescanova de Manuel Fernández de Sousa justo en el momento en que dio rienda suelta a su fiebre expansiva, en el año 2007. Pagó 18 millones por una compañía dedicada a la importación de cefálopodos, marisco y surimi de Asia (India, Corea, China), África (Marruecos, Mauritania) y Europa (Francia, Italia). Ese ejercicio el grupo pesquero invirtió 44,3 millones de euros, cifra que se quedaría corta en comparación a los 248,5 millones de 2008 o los 97 de 2009. En total, entre el periodo 2007-2013 (hasta abril), Pescanova invirtió 833,8 millones de euros.

Pérdidas

Según los datos del Registro Mercantil, el volumen de negocio de Fricatamar fue menguando desde 2011, cuando facturó casi 70 millones de euros. En el último ejercicio del que se disponen datos (2013) la empresa cerró con un volumen de ventas de 36,7 millones y una plantilla de poco más de 60 trabajadores. En 2014 registró pérdidas de algo más de un millón de euros y un resultado de explotación de -317.000 euros. Con una deuda concursal de 105 millones de euros, fue una de las filiales que propuso una quita más elevada a sus acreedores, del 90,8%. En función del pasivo del G7 (Sabadell, Popular, Abanca, Bankia, CaixaBank, BBVA y UBI Banca) y de la quita, los bancos que liderarán el proceso de refundación del grupo pesquero recuperarán 6,762 millones entre todos a quince años vista, mientras que el resto de acreedores harán lo propio con otros 2,9 millones.

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