Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La integración de las dos principales 'telecos' del Norte del país

Los propietarios de R mantendrán el 17% de las acciones tras venderla a la vasca Euskaltel

Aunque la operación preveía que Abanca y CVC se quedaran con el mismo capital que Kutxabank, los dos accionistas recibirán la mayoría de los 1.155 millones en efectivo

La venta de R a la vasca Euskaltel por 1.155 millones de euros es la segunda mayor operación en la historia reciente de la economía regional alrededor de una compañía con sede aquí. Solo le superan los 2.200 millones que Fernando Martín desembolsó a Manuel Jove en septiembre de 2006 a cambio del control de Fadesa, con una valoración de la totalidad del grupo inmobiliario de más de 4.000 millones de euros. Pese a la evidente envergadura, el principio de acuerdo se fraguó en poco tiempo. Muy poco. De hecho, la firma de cable gallega trabajaba en una oferta por la asturiana Telecable. La irrupción de Euskaltel en escena con "una propuesta razonable", según destacan fuentes conocedoras de las negociaciones, provocó un giro en el guión previsto y contó con el agrado de los dos grandes accionistas de R. El fondo CVC, que maneja el 70% del capital; y Abanca, con el restante 30%. Los dos fueron "especialmente activos" en las conversaciones con Kutxabank, el socio principal de Euskaltel. Y ambos se quedarán en el proyecto, como ya adelantó el hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con la decisión a última hora del pasado jueves. Aunque el planteamiento inicial pasaba por reservarles en conjunto un 23% de los títulos -el mismo porcentaje que retendrá Kutxabank tras la ampliación de capital con la que se pagará parte de la compra-, todo apunta a que será más el canje en efectivo y que CVC y Abanca sumarán un 17% de Euskaltel, repartido en la misma proporción -70% y 30%- que tienen en R.

En esa franja del accionariado se moverán una vez que se concrete qué parte, "la más consistente", según confirman las mismas fuentes, será en dinero dentro de la fórmula "mixta" pactada; y cuánto en acciones. Será entonces cuando también se desvelen las sustanciosas plusvalías que irán a manos de Abanca y CVC. "Hay compromiso de permanencia", añaden. Ninguno de los protagonistas quería dar ayer detalles de nada por el compromiso de confidencialidad firmado y para evitar cualquier alteración que impida que lo que hoy es un compromiso "no vinculante" fructifique sin problemas.

Durante el mes de agosto y septiembre cada una de las dos empresas realizarán sus respectivas due diligence para analizar las tripas de los activos y el negocio de la otra antes de acometer la integración. A finales de septiembre, por tanto, y si no hay una modificación sustancial de precio que pueda variar las condiciones del preacuerdo, se darán los pasos necesarios para formalizar la operación, que debe pasar por las juntas de accionistas de R y Euskaltel, presente en bolsa desde el arranque de este mes. El 15 de octubre es la fecha de referencia que hay sobre la mesa para finalizar los trámites, a la espera del dictamen de las autoridades de Competencia. La aprobación de todo el proceso se contempla para finales de diciembre.

Haz click para ampliar el gráfico

Una de las ideas persistentes en el comunicado a la CNMV y en la que inciden todas las fuentes consultadas es "la filosofía de negocio y el modelo corporativo" que las dos tienen en común respecto a su territorio. "El apego", señalan. De ahí el "compromiso" expreso de los accionistas de una y otra en "mantener el carácter local de la compañía" y respetar marcas, "estructuras locales" y gestores. Tras el ajuste acometido recientemente con varias externalizaciones, la plantilla de Euskaltel ascendía al cierre de 2014 a 352 trabajadores. R cuenta con 210. "No debería haber problemas de personal, cualquier retoque posible sería mínimo", explican en el entorno de los accionistas.

¿Dónde están las sinergias, entonces? Sobre todo en las infraestructuras y "la capacidad de negociación" que ganan ante los proveedores de contenidos. Los ingresos de la nueva compañía alcanzarían los 570 millones, con un Ebitda -el resultado antes de restarle amortizaciones, intereses e impuestos- de 265 millones. R ganó el pasado año 17,4 millones. Euskaltel por encima de los 44 millones.

Pero a la oportunidad de aprovechar las potencialidades que cada una tienen -con más de 900.000 clientes tanto una como la otra en Galicia y País Vasco- se suma la necesidad de no perder el baile de la consolidación del sector de las telecomunicaciones, con el pistoletazo de salida que supuso la integración de ONO en Vodafone. Euskaltel y R optan por marcar las distancias con una operación de estas características, bajo el paraguas de una gran multinacional, y aspiran a "la creación de un operador líder en el norte de España".

No calentar el mercado

Los planes de las dos apuntaban a Telecable. La empresa asturiana está en venta. En el sector se especulaba con un proceso de recepción de ofertas que teóricamente acababa ayer, pero oficialmente no está confirmado. Euskaltel, que ayer se disparó un 12,4% en el Mercado Continuo -hasta 11,5 euros por título- pone el freno en su interés por el asalto a la firma controlada por el fondo The Carlyle (85%) y Liberbank (15%). Al menos por ahora. Varias fuentes coinciden en que no presentará de momento una oferta en firme para, entre otras cosas, no calentar el mercado.

La operación que curiosamente siempre se rechazó

  • Para buscar otra guerra parecida a la que hoy libran las "telecos" hay que remontarse casi dos décadas atrás, justo en el nacimiento del entonces Grupo Gallego del Cable, adjudicatario para el desarrollo en la comunidad de la tecnología al calor de la liberalización del mercado de las telecomunicaciones. La firma presidida ya entonces por Honorato López Isla aterrizaba con la promesa de abaratar el recibo y crear más de 3.000 puestos de trabajo. El plan estratégico contemplaba llegar a unos 14.000 hogares en su primer año de funcionamiento una inversión de más de 50.000 millones de las antiguas pesetas para cumplir el sueño de cablear una comunidad de complicadísima orografía e históricamente atrasada en este tipo de infraestructuras.R se mantuvo en pie a pesar de los constantes cambios que acumula en su accionariado. 25. Siempre hubo un socio dispuesto a asegurar su estabilidad y mantener la dirección en manos de Arturo Dopico. Caixanova, por ejemplo, adquirió en septiembre de 2008 el 35% que hasta ese momento mantenía Unión Fenosa, cuando la eléctrica fue adquirida por Gas Natural. La entidad viguesa pasó a controlar el 66% hasta que la fusión de Caixa Galicia necesitó de recursos para recapitalizarse y Novacaixa tuvo que hacer caja con una de las joyas de la corona de sus participadas y entró CVC.Fueron muchas las conversaciones en los últimos años con planteamientos de fusión. Pero ninguna en firme. La posibilidad de unirse a Telecable. El expresidente de ONO, José María Castellano, también planteó la compra. La operación con Euskaltel también se barajó. Pero fue la única, curiosamente, a la que siempre se le puso mala cara, según apuntan accionistas históricos.Las telecomunicaciones son hoy el sector "más deflacionario". Lo que es bueno para el consumidor, la guerra actual de precios, supone una pesadilla interna.Y así nació la consolidación que matiza el sueño de una firma pionera y de referencia para el mercado fijada en Galicia, muy mimada por el cliente. Tanto que el jueves por la tarde R se apuraba a tranquilizar a sus usuarios: "En ningún caso suporá a perda nin a mingua de identidade", aseguraba. Un mensaje poco habitual en la economía.

Compartir el artículo

stats