Galicia perdió entre 2008 y 2014 el 5,72% de sus empresas. El 89% de ellas, según un informe presentado esta semana en Madrid por el Círculo de Empresarios, tienen entre uno y nueve empleados. Son microempresas. La doble recesión destruyó 196.000 puestos de trabajo en la comunidad en el pasado sexenio y, en muchos casos, la pérdida de un ocupado conllevó la supresión de una empresa. De las 191.745 sociedades que continúan activas, algo más de la mitad (98.870) no tienen ningún asalariado, son autónomos sin ningún trabajador a su cargo. Al observar la evolución del número de empresas -disponible en el Instituto Nacional de Estadística (INE)- salta a la vista que, entre los sectores más damnificados por la crisis, está el de la construcción. Sin embargo, la destrucción de sociedades se cebó especialmente en aquellas dedicadas a la investigación y el desarrollo. Desaparecieron 439 firmas, el 57% del total. Eso sí, la inmensa mayoría (83%) eran unipersonales. En definitiva, la crisis se llevó por delante al 66% de los autónomos dedicados a la investigación.
En ningún otro sector de relevancia en Galicia la destrucción de sociedades (con o sin asalariados) fue tan abrupta. Como explicó esta semana el economista Santiago Lago en la presentación del Informe Ardán, las empresas sitúan el capítulo del I+D como uno de los prescindibles a la hora de recortar el gasto, aunque son conscientes de su importancia, así como de la innovación. Los expertos señalan que el caso de las empresas de investigación es "singular", precisamente porque muchos profesionales eran autónomos. "En Galicia no hay esa dimensión de empresas investigadoras", si se concibe una empresa como una sociedad pequeña o mediana. Solo tres compañías de este sector en la comunidad (de las 332 que subsisten) tienen entre 50 y 100 trabajadores; dos tienen hasta 200 asalariados y la única firma que hasta 2013 empleaba a más de 200 personas ha desaparecido.
En el resto de sectores la incidencia de la crisis fue muy desigual. Se puede tomar como referencia al de la construcción de edificios -incluye la promoción inmobiliaria-, que ha pasado de tener 21.831 empresas activas en 2008 a las 16.465 a cierre de 2014. El mapa se repite: el 62,6% son trabajadores independientes que constituyeron una Sociedad Limitada que han sobrevivido a la crisis o que han optado por hacerse autónomos (unos 300 respecto a 2013) tras perder su empleo en otra firma. Eso sí, la desaparición de empresas afectó con más dureza al sector de los servicios financieros, que ha perdido casi el 40% de sus empresas. Por encima de la destrucción de sociedades del ladrillo (en porcentaje) está también la industria de la confección textil, que perdió el 30,5% de sus empresas, y la de la madera, con la desaparición de casi el 30%. En niveles más bajos -pero muy por encima de la media- sectores como el del naval perdieron el 20,2% de sus empresas, por el 23% del motor, el 15,7% del metal o el 12,4% del comercio minorista.
