Coinciden la mayoría de estudios en que apenas una de cada diez empresas familiares sobrevive al paso de la tercera generación. En ese selecto grupo se encuentra el astillero vigués Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard), que ya ha incorporado a la cuarta generación y atraviesa un momento dulce dada la situación actual de la construcción naval en España, al tener garantizada carga de trabajo al menos hasta finales de 2017. Con motivo del 120 aniversario (1895-2015) de la factoría naval, jubilados y trabajadores celebraron ayer en Vigo una comida conmemorativa en la que se reconoció la labor desempeñada por su presidente, Jesús Freire Pichín, durante más de cincuenta años al frente de la compañía.

Fue una comida especialmente emotiva en el Hotel Coia, en la que hubo reencuentros de viejos compañeros de trabajo y se intercambiaron recuerdos y anécdotas, y que culminó con la entrega a Jesús Freire de una placa conmemorativa con una fotografía antigua en reconocimiento a su esfuerzo por el bien de la empresa en el último medio siglo. Freire Pichín, como antes su abuelo y fundador del astillero, Paulino Freire, es responsable de que Freire sea el único astillero vivo que continúa en España en manos de la empresa familiar fundadora (tanto en la gestión como en el accionariado), en el cual ya está perfectamente integrada la cuarta generación Freire.

El apellido Freire aparece salpicado en todas las escalas de responsabilidad del astillero hasta la dirección, que comparten en la actualidad Guillermo y Marcos Freire, hijos de Jesús Freire Pichín, que ayer acompañaron a su padre al acto. "Fue muy emotivo. Es el reconocimiento a más de 50 años apostando por la empresa y el sector naval de Vigo", reconoció a FARO Guillermo Freire.

El astillero puede presumir de no haber quebrado nunca en sus 120 años de historia, de haber mantenido siempre la actividad naval -ni siquiera durante la Guerra Civil dejó de construir barcos- y de ser hoy por hoy la factoría naval gallega con más pedidos, con carga de trabajo hasta finales de 2017. Freire trabaja en la actualidad en la construcción de un arrastrero congelador para la casa armadora noruega Prestfjord Havfiske A/V (del grupo marítimo Prestfjord), de 69 metros de eslora. El proyecto tiene una duración de 19 meses y representa unas 250.000 horas de trabajo, equivalentes a unos cien puestos de empleo durante el periodo de construcción. El contrato entró en vigor el pasado junio, el corte de chapa arrancó en agosto y su botadura se realizará en los próximos meses.

A finales de mayo comenzará la obra del buque oceanográfico adjudicado a finales del año pasado por la Marina de Guerra de Perú, presupuestado en 72,9 millones de euros y de 95 metros de eslora. Freire se había impuesto en una licitación internacional a una docena de factorías de todo el mundo, entre las que figuraban las españolas Armón, Murueta y Navantia y gigantes extranjeros de la talla de Damen, STX o Hyundai. A mayores, la compañía viguesa tiene en cartera (a la espera de entrar en vigor) otro oceanográfico para Kuwait, un buque escuela para Indonesia y otro oceanográfico con casco reforzado para la navegación en los polos para la India.

Freire es uno de los astilleros de referencia a nivel mundial en buques de investigación. Suyos son el Sarmiento de Gamboa y el RRS Discovery, considerados por la comunidad científica los oceanográficos más avanzados del mundo, por características y equipamiento. De hecho, el RRS Discovery fue elegido por votación popular el buque más destacado construido en España en 2013, en el concurso que todos los años organizan los ingenieros navales. El astillero vigués también construyó el Janan, para la Universidad de Catar.

Por otra parte, Freire también lidera el proyecto completo de tres buques abastecedores multipropósito (supplies) para Petróleos Mexicanos (Pemex), que se están construyendo en los astilleros que posee la Secretaría de Marina (Semar) en el país azteca.