Miles de personas -unas 9.000 según fuentes municipales- han salido este viernes a la calle en Vigo para reivindicar el derecho al trabajo en el Día Internacional del Trabajador, que un año más ha situado a Vigo como la ciudad de referencia de la celebración del 1 de mayo.

Las marchas organizadas por UGT y CCOO, por un lado, y la de la CIG, por otro, se iniciaron a las 11.30 horas, pero fueron convocadas por separado. Así, los sincatos volvieron a escenificar la división existente en Galicia.

La lluvia fue uno de los protagonistas del acto, en los que también participaron representantes políticos de la ciudad. Mientras el alcalde, Abel Caballero, volvió a apoyar la manifestación de UGT y CCOO, el candidato del BNG a la Alcaldía de Vigo, Serafín Otero, se movilizó junto al sindicato nacionalista.

En ambos casos, se reclamaron medidas para reducir la tasa de desempleo, así como la mejora de la calidad del trabajo existente y una reducción de la temporalidad. A este respecto, el secretario xeral de la CIG, Suso Seixo, lamentó el "empobrecimiento" en "derechos y condiciones" de vida que a su juicio se está produciendo en los últimos tiempo y defendió que éste "no es casual", sino que "viene para quedarse".

Seixo ha cargado contra las políticas económicas y laborales promovidas por el PP, ya que, en su opinión, conducen a una "destrucción importante" de puestos de trabajo. En la multitudinaria manifestación promovida por la central sindical nacionalista han participado varios partidos como el BNG y AGE, además de múltiples colectivos, como la plataforma de emigrantes retornados de O Baixo Miño, bomberos de Vigo o trabajadores en huelga indefinida de una subcontrata de Telefónica.

Por su parte, el portavoz nacional del BNG, Xavier Vence, ha hecho hincapié en que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2015 demuestran un "catastrófico fracaso" de la actual política económica y laboral.