El megavelero inacabado en las antiguas instalaciones de Factoría Naval de Marín tocará al fin el mar el próximo mes de mayo. Nodosa, la actual concesionaria de las instalaciones tras la liquidación de Factoría Naval de Marín, ha asumido los preparativos de la puesta a flote del que será el mayor velero del mundo, con 136 metros de eslora y 17,2 de manga. Desde el astillero indicaron ayer a FARO que la propietaria del barco, Bankia (originalmente, Bancaja), apura la búsqueda de un armador para este gigante de los mares, mientras que fuentes sindicales van más allá y aseguran que ya existe un armador y que el velero, una réplica de una goleta del siglo XIX conforme el proyecto original, será rematado en un astillero holandés.
La embarcación fue contratada en 2008 por la compañía alemana Hansa Treuhand Holding AG para destinarla a crucero de lujo. La operación se cerró en un principio por un precio de 65 millones de euros, pero debido a los sobrecostes de la obra -hasta los 100 millones-, la compañía germana canceló el contrato y la propietaria del buque pasó a ser la entidad financiera que avalaba la construcción, Bancaja, hoy integrada en Bankia. Siete años después, en los que Factoría Naval de Marín pasó por varios procesos concursales y finalmente fue liquidada, Bankia ha encargado a la sociedad española de servicios financieros Copernicus la búsqueda de un armador para el supervelero diseñado por el ingeniero vigués Íñigo Echenique.
Fuentes de Nodosa reconocieron ayer que se está trabajando en acondicionar el casco del barco para su botadura, prevista para la segunda quincena de mayo. Las mismas fuentes explicaron que la búsqueda de armador continúa, y que no "hay nada cerrado" al respecto, aunque desde CC OO señalaron ayer que ya se ha encontrado un nuevo propietario y que las obras de remate del velero se llevarán a cabo en un astillero holandés. La caída de Factoría Naval de Marín y la cancelación del contrato con Hansa Treuhand Holding AG habían abocado a varias auxiliares del naval de la provincia de Pontevedra al concurso de acreedores y finalmente a la liquidación, como fue el caso de la compañía viguesa Gonsusa, que se había adjudicado la habilitación naval de lujo del megavelero.
Este barco había sido bautizado en el proyecto original como Sea Cloud Hussar, y estaba considerado el buque a vela más grande del mundo, superando a otros gigantes del mar como el Sedov (117,5 metros de eslora) o el Krusenstern (114,6). La embarcación imita a una goleta del siglo XIX y fue diseñada por Echenique. Su construcción suponía todo un reto a nivel técnico, con el casco en acero de alta resistencia y tres palos con un velamen de 4.000 metros cuadrados en 27 aparejos de diferente superficie para alcanzar una velocidad de 12 nudos solo con la fuerza del viento. Para el manejo de las velas, la tripulación necesaria era de unos 100 marineros.
El velero tendría capacidad para transportar a un máximo de 138 pasajeros alojados en 69 camarotes y tres suites de lujo. Y según el proyecto original, todos los instrumentos modernos de navegación estarían ocultos a la vista del pasaje para dar la sensación de que realmente se trata de un buque clásico. El Hussar dispondrá asimismo de seis cubiertas de teka y de dos zonas de paseo entre candeleros de época.
Otro de los barcos inacabados en la etapa de Factoría Naval de Marín, un megayate encargado por el empresario Fernando Fernández Tapias en 2008 y cuyo contrato se canceló dos años más tarde por sucesivos retrasos en el proyecto, fue comprado a comienzos de año por el astillero vigués MetalShips & Docks, como avanzó FARO en exclusiva. La filial de acero del grupo Rodman trasladará la embarcación, que permanece en la factoría marinense y tiene un avance de obra del 80%, a sus instalaciones en la ría de Vigo para su remate final antes de sacarla al mercado. El barco, cuyo código provisional es Y102 y tiene 59 metros de eslora, será el segundo buque de recreo más grande construido en España tras el Naia, de 73 metros.
MetalShips negoció con la entidad financiera propietaria de la hipoteca del buque (Abanca) y recibió el visto bueno de la administración concursal de Factoría Naval de Marín. El Y102 tiene un casco de acero con una superestructura de aluminio y está diseñado con todo lujo de detalles.
