El futuro de la nueva línea de motores

Francia presiona para que PSA instale allí su unidad de motores

El Ejecutivo galo traslada su apoyo "fuerte, claro e indiscutible" al centro de Trémery

Una operaria en la línea actual de motores EB Turbo PureTech del centro Française de Mécanique. // PSA

Una operaria en la línea actual de motores EB Turbo PureTech del centro Française de Mécanique. // PSA

Vigo

Los trabajadores de la planta francesa de Trémery de PSA Peugeot Citroën ven un poco más cerca la adjudicación de una nueva línea de motores gasolina EB Turbo PureTech después de que el ministro galo de Economía, Emmanuel Macron, haya confirmado el respaldo de París al proyecto por el que también puja la fábrica de Vigo. Macron, en una entrevista con portavoces sindicales de la factoría francesa y políticos locales, mostró su apoyo "fuerte, claro e indiscutible" a Trémery para acoger esta nueva implantación industrial, en la que se invertirán 150 millones de euros y que tendrá capacidad para fabricar unos 200.000 motores al año. El titular de Economía explicó que ya ha mantenido algunos contactos con responsables de PSA y que tiene en previsión una reunión con el presidente del grupo, Carlos Tavares, para abordar el tema. El consorcio, que había dado de plazo hasta finales de marzo para comunicar qué planta recibiría esta unidad, mantiene que la decisión se tomará estrictamente en base a criterios de "competitividad".

Los sindicatos franceses con representación en Trémery, sobre todo el SIA (la central mayoritaria en la planta), llevan meses alertando del peligro que correría este histórico centro de mecánica si Vigo se impusiese en la carrera por estos nuevos motores de gasolina, hasta el punto de poner en marcha un comité de apoyo social al que se han adherido políticos municipales y regionales, senadores y organizaciones empresariales. La reunión con Emmanuel Macron busca implicar directamente al Elíseo (que posee el 14% de capital de la corporación) en la puja para que presione a PSA y descarte a Balaídos como receptora de esta inversión. En ese encuentro, producido el pasado jueves, el ministro trasladó su apoyo sin fisuras a la candidatura de Trémery por tratarse de un "centro muy competitivo" y reconoció que ya se han producido "intercambios" con el grupo PSA y que abordaría el tema directamente con Tavares. "Estaremos atentos para ver si las palabras del ministro se transforman en acciones", señaló el portavoz de SIA, Serge Maffi.

Los sindicatos franceses han elevado la pelea por esta nueva línea de motorizaciones al rango de "causa nacional", ya que esta instalación garantizaría el futuro industrial de Trémery, con 3.500 trabajadores y fundada en 1979 y que produce mayoritariamente motores diésel (PSA estima para los próximos años una menor demanda de los vehículos diésel frente a una subida de las versiones gasolina). Está en juego la producción de 200.000 motores anuales a partir de 2018 y una inversión de más de 150 millones de euros. Las centrales temen la competencia de Balaídos sobre todo por sus costes laborales, que cifran entre un "20% y un 25% inferiores" a los de Trémery. Y sostienen que meter en la puja a PSA-Vigo y en un primer momento, también al centro eslovaco de Trnava, solo busca presionar a la factoría francesa para ajustarse el cinturón vía recortes y mejorar sus números.

No obstante, la amenaza viguesa se ha tomado muy en serio en Francia, hasta el punto de que ayer la mayoría de medios franceses recogían las muestras de apoyo de Macron a Trémery frente a la competencia "de Vigo". La movilización social por la nueva línea de motores ya ha conseguido el compromiso de la región de Lorena y los departamentos de Moselle, el municipio de Metz y su área metropolitana de invertir 25 millones de euros para apoyar un proyecto de 180 millones de euros, de los cuales 72 millones se destinarían directamente a la nueva línea de motores gasolina de Trémery.

El grupo, por su parte, mantiene que la elección de planta para acoger esta inversión sigue en estudio y que la decisión se tomará en las próximas semanas una vez se haya asegurado el mejor lugar de fabricación en base a criterios de "competitividad". Una posible deslocalización de la producción de motores por parte de PSA sería un movimiento lógico dentro de la estrategia de internacionalización de la compañía, ya que es el único fabricante galo que no tiene plantas de mecánica fuera del país.

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