Duelo de estrategias en la pesquera

La banca acusa a la empresa de reinterpretar el convenio de la matriz - Los accionistas de referencia rechazan canjear sus títulos por el 5% de Nueva Pescanova

Vigo

"Sería imposible que pudieras hacer una Pescanova nueva. Aunque tuvieras todo el dinero del mundo no podrías crear una empresa de cero como ésta". La multinacional gallega, aún con muchos retos que afrontar a corto, medio y largo plazo, es "irrepetible". Habla un histórico ex alto cargo de la compañía, conocedor de los acuerdos que se cerraron en Namibia, Sudáfrica o Angola con sociedades mixtas; de las negociaciones para adquirir, frente a la "oposición" de un potentado como Américo Amorim, la trader Pescafina; del hito que supuso que una empresa europea -de Chapela- firmase una joint-venture para faenar en aguas australianas. Nadie más lo había hecho, nadie lo ha vuelto a hacer.

En el top 20 de las mayores empresas pesqueras, solo Pescanova se dedica a la extracción, procesado, elaboración, producción acuícola y comercialización de productos de proteína marina. Aún con todo lo que ha pasado hasta ahora, la compañía supera los 1.000 millones de facturación al año. Le pesan los excesos, pero le sobran los pretendientes.

Pescanova SA y Pescafina -ambas superaron el concurso-, son solo la punta del iceberg del grupo. No es un aforismo, es que son sus filiales las que tienen el peso industrial. Pescanova SA (la matriz) pone la marca; Pescafina, parte de la comercialización. La facturación, el valor añadido y, por supuesto, el empleo, están en las filiales. Diez de ellas (españolas) están en concurso de acreedores. Cinco tienen de plazo hasta el lunes para presentar una propuesta de convenio, y las otras cinco hasta el martes. ¿Qué pasó este lunes, cuando se reunió la Comisión de Vigilancia de la compañía para abordar el futuro de estas subsidiarias, para que lo que se convirtiera en noticia fuera el control del grupo y no su salvación?

En la Comisión de Vigilancia están representados tres actores clave: su consejo (con Alejandro Legarda como portavoz), la banca acreedora (representada por Jacobo González-Robatto) y la administración concursal (Deloitte, capitaneada por Senén Touza). En el encuentro afloraron diferencias no solo sobre las filiales, sino sobre el convenio de acreedores de Pescanova. "Sobre el tema de las filiales subyace otro asunto: quién se queda con cuánto de Pescanova cuando esté limpia de deudas", interpretan fuentes consultadas por FARO próximas a la compañía. Dicho de otro modo: "se está volviendo a reinterpretar" si habrá o no dilución de capital (operación acordeón), si grandes accionistas como Damm, Carolina Masaveu o Iberfomento se quedan, entre todos, solo con el 5% de Nueva Pescanova SL, tal y como fija el convenio.

El convenio de la matriz fija lo siguiente: los actuales accionistas tendrán el 5% de Pescanova SA, que estará integrada en Nueva Pescanova SL. Si quieren tener más peso en la futura empresa (hasta un 15%) deberán aportar capital. Lo que no quieren, según las entidades, es desembolsar más dinero. Esto es, "ser socios de referencia de Pescanova tras el rescate", que conllevará la inyección en octubre de 150 millones de euros de fresh money. Pero, para las entidades, volver a plantear esta disyuntiva es "incumplir el convenio de la matriz".

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