Los promotores de suelo del norte de Portugal han redoblado su ofensiva de parcelas low-cost para la captación de nuevas inversiones industriales, situación que según la patronal gallega del metal (Asime) y los sindicatos amenaza con una nueva fuga de empresas al otro lado de la raia en los próximos años. El último caso, el del Parque Empresarial do Casarão, en el municipio luso de Águeda (a unos 180 kilómetros al sur de Vigo): terrenos a un euro el metro cuadrado para atraer a una multinacional del automóvil y a tres fabricantes de cuadros de aluminio para bicicletas.
Pese a la caída de los precios del suelo en Galicia, consecuencia de la propia crisis y la menor demanda de parcelas y de la nueva estrategia de la Xunta para impulsar la competitividad de las empresas gallegas (con descuentos de entre el 15% y el 50% en los desarrollos de titularidad autonómica), los polígonos portugueses siguen siendo mucho más atractivos para la industria. Basta comparar por ejemplo los precios medios a los que se vendieron las últimas parcelas del polígono de Nigrán (Porto do Molle, desarrollado por el consorcio de la Zona Franca de Vigo), entre 122 y 136 euros el metro cuadrado, y el ofertón del parque de Casarão.
El caso de Águeda no es único, ya que según fuentes empresariales consultadas por este periódico, otros polígonos de la franja norte de Portugal venden parcelas desde los 3 euros el metro cuadrado, siempre y cuando se cumplan una serie de garantías de creación de puestos de trabajo y mantenimiento de la actividad. En Águeda, la Câmara del municipio no dudo en bajar precios hasta el euro/m2 para conseguir que la multinacional Shakti Auto Parts instale allí una planta de fundición para componentes para motores y transmisiones. En total, se ofertan entre 150.000 y 200.000 metros cuadrados por una inversión de hasta 40 millones de euros y el compromiso de crear 120 empleos directos en una primera fase, que podrían llegar a los 1.800.
Además de Shakti Auto Parts, la Câmara de Águeda ha hecho extensible el descuento en el precio del suelo a las firmas Miranda & Irmão, Ciclo Fapril y Rodi, de cuadros de bicicleta de aluminio, para la implantación de una unidad productiva conjunta con capacidad para medio millón de unidades al año. En este caso, el proyecto contempla una inversión de 12 millones de euros y la creación de 83 puestos de trabajo, ocupando una parcela de 63.000 metros cuadrados. Según esta Câmara lusa, la nueva planta estaría robotizada y realizaría la producción que ahora se realiza en China manualmente.
Asime y las organizaciones sindicales han advertido en varias ocasiones a lo largo de estos últimos meses que Galicia podría perder el tren de la industria si no se actúa "con urgencia" y se garantiza suelo a precios competitivos para las industrias, aludiendo a una posible nueva fuga de empresas al otro lado de la frontera. Los precios de las parcelas en Portugal, además del coste de la mano de obra (la mitad que en Galicia), también amenazan con dejar a la comunidad sin nuevas implantaciones industriales de sectores estratégicos como la automoción, que podría atraer nuevos proveedores con motivo de sus próximos lanzamientos (como el proyecto K9, la próxima generación de furgonetas de PSA Peugeot Citroën, que se ensamblarán en la factoría de Balaídos).
De hecho, las únicas fábricas de la industria de la automoción que han abierto en la Eurorregión en los últimos dos años se han ido para territorio portugués, como son las de BorgWarner, MGI Coutier y Cablerías Manufacturing (esta última de capital gallego), entre otras. El último fabricante de componentes instalado en Galicia se remonta a 2012, el grupo Snop, en Nigrán.
