Ya es oficial. El proyecto K9, la próxima generación de vehículos comerciales ligeros de PSA Peugeot Citroën, se fabricará en Balaídos, perpetuando el liderazgo de la planta viguesa en el segmento de las furgonetas al menos una década más. El comité ejecutivo de la multinacional francesa, encabezado por su nuevo presidente, Carlos Tavares, tomó la decisión el pasado viernes, pero aguantó el anuncio hasta ayer. El director de la Región Europea de PSA, Denis Martin, el máximo responsable del aparato industrial del grupo, Yann Vincent, y su homólogo para Europa, el vigués Juan Antonio Muñoz Codina, fueron los encargados de confirmar el lanzamiento por la mañana al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y al conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, que se habían desplazado a París al efecto. A la misma hora, el patrón de Balaídos, Yann Martin, se lo comunicaba a sus cuadros directivos y estos al conjunto de la plantilla. La noticia fue anticipada en primicia ayer por FARO en su edición digital. El centro vuelve a ganar una batalla clave para su supervivencia. "Es la mejor noticia posible para buena parte de nuestra economía", reconoció Feijóo.

El K9 supone un hito para la factoría viguesa, ya que, aun a falta de confirmación oficial, incluye un triple lanzamiento comercial: tres furgonetas, de las marcas Citroën, Peugeot y Opel, como aparece reflejado en los acuerdos de la alianza industrial entre PSA Peugeot Citroën y General Motors (propietaria de la marca alemana). Estos vehículos se prevé que lleguen al mercado a lo largo de 2018 (diez años después de la versión actual de los Berlingo-Partner, que salió a la venta en la primavera de 2008) y que garanticen una producción anual por encima de las 200.000 unidades, lo que convertía a este lanzamiento en uno de los más codiciados por las factorías europeas del consorcio francés.

El centro de Balaídos se ha impuesto en la carrera por este proyecto a una de las plantas más competitivas de PSA, el centro eslovaco de Trnava, con un coste laboral al comienzo de la puja un 45% inferior al vigués (de 9,5 euros/hora, frente a los 22 de Balaídos), y con unos niveles de calidad a la altura de Vigo. La factoría gallega ha tenido que apretarse el cinturón y negociar un ajuste de costes laborales con los sindicatos (el coste medio pasará tras la adjudicación de 22 euros/hora a 19, aproximadamente), que fue aprobado con los votos en solitario del SIT-FSI (sindicato con mayoría en PSA-Vigo); así como mejorar en los capítulos de inversiones (con el apoyo de las administraciones, sobre todo de Zona Franca y Xunta), proveedores (outsourcing) y logística interna y externa. Sobre las inversiones que llevará parejo el proyecto K9, un portavoz de PSA aseguró ayer que no hay una cifra concreta, aunque fuentes consultadas por FARO apuntan a una inicial de más 230 millones de euros.

GRÁFICO: Los modelos de Citroën realizados en Vigo

Esa cantidad se corresponde a la inversión en el propio centro (al margen de lo consignado al desarrollo e innovación), y sería inferior a los 326 millones de euros inyectados en 2007 para el lanzamiento de la generación anterior de furgonetas (a los que se sumaban otros 334 millones en I+D en Francia). La explicación de esa diferencia -según esas fuentes- es que PSA-Vigo ya tiene parte de la inversión hecha con la plataforma modular eficiente EMP2 instalada hace dos años para la fabricación de los monovolúmenes Citroën C4 Picasso (en sus dos versiones, de cinco y siete plazas), sobre la que irán montadas las tres siluetas del K9 (la EMP2 permite ahorros importantes en costes de fabricación, peso de los vehículos y emisiones contaminantes).

No obstante, el K9 es solo la primera pieza del puzle que la dirección de PSA-Vigo quiere crear en el polígono de Balaídos. La llegada de las nuevas furgonetas permitirá desplegar el nuevo plan industrial concebido para la factoría, que supondrá una gran transformación en términos de competitividad y eficiencia (se modifican, por ejemplo, todos los flujos logísticos del complejo), con el único propósito de asegurar la llegada de al menos otro lanzamiento industrial antes de 2018. Solo así Balaídos esquivará la amenaza del monoflujo, o lo que es lo mismo, solo así la factoría viguesa conservará las dos líneas de producción actuales y, por extensión, los empleos en ambos sistemas (algo que no está ocurriendo en las plantas francesas, con la excepción de Sochaux).

Por ahora, el grupo solo ha confirmado el K9 para Vigo. La planta satélite de Balaídos en Portugal, Mangualde, aún no ha recibido el ok del equipo de Tavares para compartir este modelo con el centro gallego, como ha ocurrido con las generaciones actual y anteriores de furgonetas, a la espera de que mejore su competitividad, según ha podido saber FARO.

Reconocimiento

La adjudicación ha sido un proceso difícil por el alto nivel de las dos plantas concurrentes, pero PSA ha reconocido los esfuerzos de la planta viguesa. El director de la Región Europea del consorcio, Denis Martin, afirmó ayer que Balaídos "ha demostrado su capacidad para acoger este proyecto". "PSA es líder del segmento de vehículos utilitarios ligeros en Europa, y el éxito del proyecto K9 es esencial para nuestras marcas", afirmó. El máximo responsable industrial del grupo, Yann Vincent, que visitó el centro de Vigo hace unas semanas, reconoció que "el apoyo aportado por la Xunta para reforzar la competitividad del sector automóvil ha sido concluyente". "Los esfuerzos realizados por el conjunto de los trabajadores en el marco de la propuesta de industrialización de un nuevo modelo, respondiendo a las exigencias económicas demandadas por el grupo, se materializan hoy (ayer) con la atribución del proyecto K9 a la planta", señaló.

El director de Balaídos, por su parte, hizo referencia al plan industrial que posibilitará el K9, "a través del cual transformaremos profundamente la fábrica para hacerla más competitiva y estar así preparados para otros nuevos modelos". "Es la noticia que esperábamos todos en Vigo, porque entre todos la hemos hecho posible", concluyó.