El tramo final de la carrera por la próxima generación de vehículos comerciales ligeros de PSA Peugeot Citroën arranca con empate técnico entre las dos plantas aspirantes: Vigo, donde se han montado todas las versiones anteriores de estos modelos desde hace más de treinta años, y Trnava, el centro eslovaco de la multinacional francesa, uno de los más competitivos de Europa. Así lo transmitió ayer la dirección de Balaídos al comité de empresa, al que reconoció que Vigo se juega "su futuro" con este proyecto, por los volúmenes de producción (más de 200.000 unidades al año) y la estabilidad (la vida serie de estos coches ronda la década) que aporta este segmento de vehículos. La fábrica ha llamado a la plantilla y a los proveedores a arrimar el hombro en materia de competitividad para que las furgonetas de PSA sigan siendo made in Vigo.

El proyecto, cuyo código interno es K9, será el primer lanzamiento de la "era Tavares", y por tanto el primero que deberá cumplir todas las exigencias de rentabilidad dispuestas en el nuevo plan estratégico Back in the Race del presidente. Carlos Tavares, que visitó Vigo el pasado febrero, dejó claro durante su estancia que a partir de ahora todas las adjudicaciones de proyectos se tomarán única y exclusivamente por criterios de rentabilidad económica, dejando al margen herencias del pasado, en clara alusión al proyecto. Según ha podido saber FARO, el propio Tavares ha ordenado que se estudiasen dos escenarios de industrialización para las nuevas furgonetas, uno en Vigo y otro en Trnava, sin que hasta el momento haya un claro vencedor. Es más, hay empate.

El nuevo director de PSA-Vigo, Yann Martin, expuso recientemente a un grupo de cuadros técnicos de Balaídos cómo está la puja de Vigo y Trnava, destacando las fortalezas y debilidades de cada centro, y ayer la dirección de recursos humanos de la factoría trasladó la misma información al comité de empresa, con el objetivo de que todos los trabajadores de la planta tengan la misma información. El empate es más que evidente. Según ha podido saber FARO, el análisis de PSA se centra en ocho indicadores de competitividad referidos a costes, proveedores y esquema industrial.

Como ya avanzó FARO en exclusiva, Trnava aventaja a Vigo en costes de mano de obra (un 45% inferiores a los vigueses), pero también en el precio de los proveedores, en implantaciones y en excelencia (tiene la consideración de fábrica excelente dentro del consorcio).

Balaídos, por su parte, cuenta con unos precios energéticos más competitivos, es la primera planta de PSA en contar con la plataforma modular eficiente EMP2 (que le permite adaptarse a la fabricación de cualquier tipo de vehículo dentro de un rango), es cabecera de un polo industrial con Mangualde (la planta satélite de Vigo en Portugal, cuyo coste de la mano de obra compensa parcialmente el vigués) y cuenta con un mayor apoyo de las administraciones. Cuatro fortalezas y cuatro debilidades.

El grupo quiere elegir a comienzos del próximo año cuál de las dos implantaciones se llevará el proyecto, que por primera vez podría incluir una tercera silueta de Opel en virtud de la alianza industrial suscrita con General Motors (GM), por lo que la dirección de Balaídos no tiene tiempo que perder. De hecho, como recogió FARO la semana pasada, ya ha seleccionado a un grupo de técnicos de alto nivel para plantar batalla por este lanzamiento. Se trata de nueve nueve responsables de las áreas de Coordinación (Faustino Mosteiro), Embutición (Manuel Núñez de la Calle), Ferraje (Manuel Labariñas, Francisco Regueira y Pablo Martínez), Mantenimiento de Ferraje (Cristina Martínez), Pintura (José Ángel Castro), Montaje (Fernando Millos) y QCP-Calidad Centro de Producción (Enrique Cedeira). Suya será la responsabilidad de llevar a cabo y presentar los estudios de industrialización e inversiones necesarios que permitan a PSA-Vigo hacerse con la victoria.

El papel de los proveedores será vital para traer el K9 para Vigo. PSA ha comunicado su intención de aumentar las compras de componentes en países low-cost como Portugal y Marruecos de forma progresiva hasta 2020, al igual que ahora hacen otros constructores de automóviles.

El propio Carlos Tavares, en una visita reciente a Marruecos, afirmó ante empresarios magrebíes que PSA elevará las importaciones del Magreb para sus plantas de la Península con el objetivo de reducir costes, según recogen medios del país norteafricano. Esto obligará a los fabricantes gallegos de componentes a adoptar medidas para mejorar su competitividad y no quedarse fuera de juego. "Habrá piezas que basculen de Galicia a Portugal y Marruecos, pero los proveedores gallegos tienen que ser capaces de conseguir que componentes que ahora se fabrican en Francia y Alemania basculen a su vez a su territorio", indicaron fuentes del sector.

Delegación marroquí

El pasado jueves una delegación de la Asociación Marroquí para la Industria y Comercio del Automóvil (AMICA), acompañada por el director de Puerto de Tánger y altos responsables del Ministerio de Industria, Comercio, Inversiones y Economía del país, visitó la planta de Balaídos y se reunió con el director de Compras Equipamientos Vehículos del fabricante francés, Jean-Baptiste Formery, para abordar la "colaboración" entre la industria del automóvil de Marruecos y PSA.

Pedro María Rodríguez, hasta ahora director de Relaciones Sociales y Humanas de la planta madrileña de Villaverde, asumió esta semana el mismo cargo en el centro de Vigo, en sustitución de José Manuel Fernández Cedrón, que ha ascendido a responsable en el área de Recursos Humanos del grupo en España y Portugal (tendrá capacidad de decisión operativa sobre las plantas de Vigo, Mangualde y Madrid). Rodríguez se formó en Balaídos, donde ocupó el cargo de responsable de Gestión de Personal y Relaciones Sociales hasta 2011. Estos cambios forman parte de la nueva organización por territorios de la multinacional francesa. Fuentes sindicales destacan el talante negociador de Rodríguez.