La batalla por la próxima generación de los vehículos comerciales ligeros que se fabrican en Balaídos está servida. Al centro de Vigo, referente histórico en la producción de derivados de turismo y furgonetas y una de las plantas de PSA Peugeot Citroën más competitivas (y líder en producción en 2013), le ha salido un duro rival en Eslovaquia, la factoría de Trnava, que también aspira a este proyecto con una ventaja difícil de igualar: sus costes salariales, un 45% inferiores de media a los vigueses. La multinacional francesa anunciará a comienzos del próximo año la planta (o plantas) receptora de este lanzamiento industrial, que por primera vez en la historia podría incluir una tercera silueta de Opel en virtud de la alianza con General Motors (GM).

La amenaza eslovaca es "seria", según reconocieron a este periódico fuentes del sector. Trnava ha mejorado mucho sus ratios de competitividad en los últimos años, sobre todo en cuestiones como calidad y eficiencia, y en materia de costes está mejor posicionada que Balaídos en salarios. Tanto es así que el coste medio en esta planta de Europa del Este, que el año pasado ensambló 248.500 vehículos (+15%), se sitúa en torno a los 11 euros por hora, frente a los 20 euros de Vigo o los 35 euros de algunas fábricas francesas. De igual forma, todavía está muy lejos de su nivel óptimo de saturación, que se sitúa en torno a las 350.000 unidades anuales.

El presidente de PSA, Carlos Tavares, reconoció públicamente y en varias ocasiones su apuesta por saturar las plantas más rentables y económicas para reducir los costes globales de producción del grupo en Europa, y citó directamente a Trnava, Vigo y Mangualde (Portugal). En el sector de componentes, donde hace un año se daba prácticamente por segura la adjudicación a Balaídos de la nueva generación de furgonetas, ahora han surgido dudas, al igual que en el propio centro de PSA. Fuentes del sector vinculan directamente las últimas declaraciones públicas del exdirector de PSA-Vigo, Juan Antonio Muñoz Codina, en las que arengaba a los fabricantes de componentes y auxiliares a contener los costes salariales y a aprovechar la cercanía de un mercado low-cost como Portugal a 30 kilómetros de Vigo para proveerse y bajar costes, a la dura batalla por este proyecto.

La planta de Vigo está volcada con la preparación de este lanzamiento, codiciado incluso por las factorías francesas por los volúmenes estables de producción que suele aportar: en torno a las 200.000 unidades anuales. La propia fábrica ya anunció que se trabaja en el desarrollo de "innovaciones" para una nueva generación de vehículos comerciales a fin de "perpetuar la posición de la industria gallega" en este segmento, en colaboración con varios fabricantes de componentes y el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG). Los derivados de turismo y furgonetas siempre han estado vinculados a Balaídos, desde el primer Citroën AZU a la C15 o a los actuales Berlingo-Partner, líder indiscutibles del mercado, aunque en los segmentos de las minifurgonetas y los furgones el consorcio ha apostado por las colaboraciones industriales con otros fabricantes, como Fiat.

El nuevo proyecto (cuyo código interno, como avanzó FARO en exclusiva, es K9) es si cabe más importante que nunca por la posibilidad de que por primera vez en la historia incluya una tercera silueta de Opel/Vauxhall, como aparece reflejado en la alianza industrial entre PSA y GM. Los grupos anunciaron el pasado diciembre que la próxima generación de vehículos comerciales ligeros se fabricaría sobre una plataforma de PSA (sin especificar dónde), lo que podría unificar la producción de los modelos Citroën (Berlingo), Peugeot (Partner) y Opel/Vauxhall (Combo).

El centro de Vigo cuenta a su favor con la planta portuguesa de Mangualde, con la que comparte el montaje de las furgonetas y que contribuye a reducir los costes salariales del polo industrial Vigo-Mangualde (el centro luso tiene un coste laboral de 10 euros/hora). El propio Tavares afirmó en primavera que apuesta por reforzar el vínculo entre las dos plantas, mejorando las comunicaciones ferroviarias y otros aspectos. En la actualidad, PSA prima Vigo frente a Mangualde a la hora de saturar la línea de furgonetas, aunque en el futuro podría dar más peso al centro luso.