"Vivere militare est". Si vivir es luchar -Lucio Anneo Séneca-, a Pescanova tienen que quedarle fuerzas para resarcirse de una realidad que, demasiado a menudo, no deja de dar golpes. La segunda multinacional gallega presentó ayer las cuentas anuales de 2013, teñidas de números rojos, que han vuelto a evidenciar dos cosas: que el futuro no será fácil y que el pasado -o su herencia- no se olvidará rápidamente. Pescanova perdió 719 millones de euros en 2013, por debajo de los 791 millones que se dejó en 2012. Pero, pese a que los datos son impertinentes, corresponden a una sociedad que acaba de salir del segundo mayor concurso de acreedores de la historia empresarial española y, sobre todo, que tiene un convenio aprobado para poder sobrevivir a tantos topetazos. Quedarán cardenales, pero en Chapela aseguran que Pescanova está para quedarse.

La facturación de la sociedad pasó de los 1.354 millones de 2012 a los 1.062 a cierre del pasado año. La razón del descenso no está en una pérdida de confianza del consumidor, sino en que la administración concursal, Deloitte, ha retirado Pesca Chile del perímetro consolidado. Esto es, las ventas de esta sociedad -que tiene tres empresas distintas- han dejado de computarse. En Chile Pescanova tiene nueve buques y dos filiales de salmón pero, a efectos prácticos, es como si no existiesen. O, peor aún, Deloitte ha tenido que computar el deterioro de este activo, de ahí -en parte- las elevadas pérdidas de Pescanova en 2013. Solo la filial del país andino ha generado un deterioro de más de 200 millones de euros en las cuentas. Además, según reza el informe, también se han realizado otros ajustes por otros deterioros, especialmente una vez que el plan de viabilidad de Pricewaterhouse Coopers (PwC) está desfasado.

Chile y Portugal

¿Por qué? La razón es doble. Pescanova no va a recuperar Pesca Chile -aspira a ingresar algo de dinero como acreedora- y la macroplanta de Mira, a la que no se destinará un solo euro este año, tampoco va a sobrevivir. El convenio de acreedores dice de forma explícita que la compañía gallega no va a impugnar la decisión de los acreedores portugueses de pedir la venta de la factoría para recuperar parte de la deuda atrapada en hormigón, estanques vacíos y emisarios que se atascan constantemente.

Del desglose de las ventas se comprende la importancia de Chile y del rodaballo, por ejemplo. Los clientes han gastado 185 millones menos en la compra de pescado salvaje, procedente de la pesca extractiva, a la que la flota chilena aportaba más del 30% del total de capturas del grupo, según BNP. En el caso de las especies cultivadas en granja, la facturación ha caído en 64 millones, hasta los 409. Las ventas en la Unión Europea ya tienen más peso que las que se realizan solo en España, de acuerdo al informe publicado ayer y aprobado en el consejo del pasado jueves.

En el extenso informe firmado por la auditora BDO no se encuentran solo desgracias. La compañía ha sido capaz de facturar más de 1.000 millones de euros y el resultado de explotación -sin contar con saneamientos y deterioros- fue positivo en 36,8 millones de euros. La empresa vende y factura, pero no es suficiente para mantener toda su estructura. Por ejemplo, la pesca extractiva generó unas ventas de 238,5 millones, y obtuvo un resultado operativo -también sin aplicar amortizaciones y demás- de 23,3 millones. La acuicultura, que generó unas ventas de 465,8 millones, tuvo un resultado operativo de apenas 13,4 millones. Esto implica que el coste de mantener algunas plantas está muy lejos de compensar el gasto que precisan a nivel de personal o de alimentación de los peces. La deuda, por ejemplo, descendió un 14% hasta los 3.616 millones, especialmente por la reducción del pasivo contraído con los acreedores comerciales -que pasó de 479 millones a 168-. La deuda financiera es la que estrangula las cuentas, al igual que el año pasado. El patrimonio es negativo en 2.237 millones, muy por encima del dato de 2012, aunque será neutralizado con la quita y la operación acordeón. La pelea de Pescanova es, ahora, contra sí misma. Y la empresa confía en la vida, la lucha, la victoria.