Reestructurar Pescanova es un reto, al igual que el cumplir su convenio de acreedores. De él dependerá que la sociedad se libre de la liquidación, continúe funcionando y no desaparezca. Para velar por que se sigan los pasos que marca el convenio, ya aprobado por el juez, se constituyó la Comisión de Vigilancia, que permanecerá activa hasta que Pescanova no abone hasta el último céntimo a sus acreedores en las condiciones que se han pactado.

Como avanzó FARO en exclusiva, Alejandro Legarda -actual consejero- será el representante de Pescanova en dicho organismo, en el que también estará la administración concursal (Deloitte). El tercer y último miembro de la Comisión será el hombre de la banca, el escogido para representar a los acreedores. Según fuentes financieras, se ha elegido "por consenso" que el puesto lo ocupe Jacobo González-Robatto, actual presidente del consejo asesor internacional del Banco Popular. Esta entidad es la segunda con más deuda atrapada en la pesquera, solo por detrás del Sabadell. Que Robatto sea -o no- el futuro presidente de Nueva Pescanova es todavía una incógnita, por cuanto la junta general que va a abordar el traspaso de activos a la nueva sociedad -limitada- no se celebrará hasta octubre o noviembre. Será entonces cuando se constituya Nueva Pescanova y, por tanto, cuando se designe a su presidente y al consejero delegado.

Pescanova SA, la actual matriz, continuará operativa y tendrá el 5% de la renovada empresa, como representación de los antiguos accionistas de la pesquera. La banca no descarta la incorporación de fondos o socios industriales, lo que podría modificar de forma sustancial el reparto accionarial de la compañía y su gobernanza.