El artículo 114 de la Ley Concursal es rotundo: " Una vez admitidas a trámite, no podrán revocarse ni modificarse las propuestas de convenio". Como publicó ayer este diario, la banca acreedora de Pescanova ha aceptado intentar salvar el convenio de la multinacional para salvar la compañía de la liquidación sin Damm ni Luxempart, que se han echado a un lado. Pero las entidades rechazan de plano numerosos puntos del documento, de modo que tendrán que cambiar el convenio casi haciendo una carambola y siempre que el juez lo acepte. El sistema por el que optan las financieras es de incluir un anexo de "perfeccionamiento" del convenio, en el que, entre otros puntos, se impida la entrada en concurso exprés de las filiales españolas de Pescanova.

Los bancos del G7 -como avanzó ayer este periódico Bankia ha vuelto al núcleo duro de las entidades acreedoras- inciden en que son las filiales las verdaderas productoras de Pescanova, las que tienen activos, empleados y generan actividad. De hecho, la banca prefiere liquidar la matriz, Pescanova SA, dentro del proceso de reestructuración de la pesquera. Además, siempre según las entidades, las filiales españolas continúan con las líneas de financiación abiertas, y éstas se cerrarían en el momento de solicitar una suspensión de pagos. "Incluso UBI Banca", señalan desde una de las entidades, "que se vio atrapada en el escándalo del factoring de Pescanova, sigue dando financiación a las filiales".

"Es una de las cuestiones que más nos preocupan", dicen en referencia a sacar a concurso filiales operativas y rentables, que es un punto que se describe explícitamente en la propuesta de convenio de Pescanova, elaborado por la cervecera catalana y el fondo Luxempart. Desde las entidades insisten en que fueron engañadas ya que el documento que Pescanova entregó al juez no fue el que consensuaron con ellos horas antes. "Nosotros vamos a garantizar la continuidad de la compañía", inciden desde la banca.

Los 1.000 millones

Pero el anexo de "perfeccionamiento" -así se refieren a él fuentes financieras- incluye un aspecto económico relevante. El convenio admitido a trámite -avalado por la administración concursal- recoge la devolución a la banca de 700 millones de euros en dos tramos. Uno senior de 400, a cobrar en 8,5 años y a un 3% anual, y otro junior de 300 millones, a recuperar en 15 años a un 1% anual de interés. Este segundo tramo se abonará siempre y cuando Pescanova pueda afrontar este gasto, y en caso contrario esos 300 millones darían a la banca el 10% del capital. Las entidades siempre reclamaron salvar 1.000 millones de euros. ¿Cómo se modifica esto?

Durante las negociaciones con Damm, la cervecera llegó a plantear a las entidades una mejora en este aspecto, subiendo a 500 millones la parte senior (de más calidad), cambio que se llevaría a cabo mediante un anexo a la propuesta inicial. La idea de la banca es que ese agregado al convenio, siempre y cuando el juez Roberto de la Cruz acepte, incluya un tercer tramo de devolución de deuda por 300 millones de euros. También tendría categoría junior (de peor calidad), por considerar que el peso del pasivo en Pescanova ya es elevado ahora y lo ideal es que una compañía no tenga una deuda seis o siete veces superior a su Ebitda (resultado antes de impuestos, amortizaciones e intereses financieros).

Según otras fuentes consultadas, la banca y Pescanova -su consejo- todavía no han plasmado sobre papel el acuerdo que faculta a la banca a asumir el rol de Damm y Luxempart en el convenio de acreedores. "KPMG -asesor de la banca- todavía no ha ido a ver al juez, y no irá hasta que el acuerdo esté formalizado". Las entidades reconocen la posibilidad de que otros acreedores, como los que ya han votado a favor y en contra, impugnen el anexo que corrige el convenio si se consideran agraviados por el cambio. Deutsche Bank, Citi y algunos bonistas han votado ya a favor. Por contra, Bankinter, Banco de Crédito e Inversiones (BCI, entidad chilena) y Unicaja lo hicieron en contra.