La compañía viguesa BlueMobility Systems, pionera en Galicia en el desarrollo y fabricación de sistemas de recarga para automóviles eléctricos, ha entrado en fase de liquidación tras no llegar a un acuerdo en tiempo con sus principales acreedores, según confirmaron a FARO fuentes de la propia sociedad. La firma, participada por Gas Natural Fenosa, se ha visto perjudicada por la lenta introducción de este tipo de vehículos en el mercado y los recortes de las administraciones públicas y las empresas en la inversión en electromovilidad. El año pasado se vendieron en Galicia 20 coches de propulsión eléctrica, y en el conjunto del Estado, 811. Las Xunta preveía que entre 2014 y 2015 estarían circulando por las carreteras gallegas unos 10.000 coches eléctricos.

BlueMobility fue fundada en 2009 por profesionales con una larga trayectoria en el sector de la automoción como Alberto Casal (presidente de la compañía) con el objetivo de convertirse en un referente en desarrollo y fabricación de infraestructuras de recarga para coches eléctricos, acompañando en cierto modo a los vehículos comerciales ligeros eléctricos que se iban a fabricar el centro de Vigo de PSA Peugeot Citroën, y cuyo lanzamiento comercial se ha retrasado casi un año, hasta el presente mes de marzo. La empresa despertó interés a nivel internacional por sus proyectos sobre redes inteligentes de recarga y a finales de 2010 Gas Natural Fenosa entró en su accionariado para beneficiarse de su experiencia en el campo de la electromovilidad y al mismo tiempo aportar respaldo financiero, lo que catapultó su presencia a nivel nacional.

La firma viguesa también participó activamente en el desarrollo del Plan Mobega de la Xunta, que supuso la puesta en marcha de siete electrolineras demostrativas en las principales ciudades gallegas para impulsar el uso de vehículos eléctricos en la comunidad, y que finalmente quedaron en desuso. Los recortes de inversión pública en este campo por la persistencia de la crisis, así como el freno que algunas grandes empresas han echado a la renovación de sus flotas por vehículos de motorización eléctrica acabaron por ahogar a la compañía viguesa, incapaz de hacer frente a sus obligaciones con los acreedores. También se vio afectada por la guerra de precios que mantienen los fabricantes en el segmento tradicional, que hace poco atractiva la compra de un coche eléctrico. BlueMobility solicitó el concurso voluntario el pasado junioBlueMobility y no ha sido capaz de llegar a un acuerdo con sus acreedores, por lo que el juez decidió abrir fase de liquidación el pasado mes.

Fuentes de BlueMobility explican que la implantación del vehículo eléctrico en la sociedad está siendo mucho más lenta de lo previsto y que algunos fabricantes no acaban de dar el paso (llegando a retrasar algunos lanzamientos) a la espera de que el mercado repunte. Las mismas fuentes apuntan que las administraciones públicas también están posponiendo inversiones en infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos (en Galicia se anunció la creación de una red urbana e interurbana compuesta por 499 puntos de recarga que no se realizó). Según el Ardán 2013, BlueMobility facturó cerca del millón de euros en 2011 con una plantilla de algo más de diez empleados. La compañía tiene su sede en el parque de A Granxa, en Porriño, y durante unos meses planificó su traslado al área de Porto do Molle, en Nigrán, cambio que no llegó a materializarse.