El juez ya tiene la propuesta de convenio de acreedores de Pescanova. Se trata de una versión corregida -y pendiente de aprobación- sobre la que su principal impulsor, el Grupo Damm, había accedido de inicio a incluir algunas mejoras para la gran masa de acreedores, principalmente bancos. Pero las entidades financieras recibieron ayer el texto con un cabreo indisimulado por considerar que las modificaciones introducidas en el texto son "insuficientes", "irrisorias" o "mínimas", explicaron varios bancos a preguntas de FARO. Las concesiones que han hecho Damm y Luxempart en la nueva -y previsiblemente última- versión de la propuesta del convenio son dos: acceder a que la banca acuda a la ampliación de capital que quiere lanzar la compañía y la posibilidad de hacerse con un 10% de la nueva Pescanova a cambio de deuda.

Pero lo esencial de la propuesta no se ha tocado. La banca recuperará unos 700 millones de euros (en torno a un 72% de quita) en dos tramos: uno de 400 (sénior) y otro de 300 millones (junior). El de 400 se prevé devolver en 10 años, y Pescanova pagaría un 3% semestralmente en concepto de intereses. El problema, a ojos de la banca, es el tramo júnior. Se trata de deuda catalogada como de menor calidad, por eso será pagadera a 15 años con un interés del 1%. El problema de la deuda júnior es el cupón se abonará "siempre y cuando la sociedad cuente con tesorería suficiente". Si la pesquera no pudiera abonar este préstamo (esos 300 millones), entonces podría convertirlo en capital por un máximo del 10% de la compañía. En la anterior propuesta ofrecía un 5% en este mismo concepto.

Reparto accionarial

"Acceden a que podamos acudir a la ampliación de capital" por hasta 25 millones de euros, explican desde la banca. "Pero no sería por condonación de deuda, sino por la inyección de más dinero", apuntaban otras fuentes financieras. Las entidades critican que ya perderán más de 2.000 de euros con la reestructuración de la pesquera. "Nos parece irrisorio que pidan más dinero", censuraba un directivo financiero. El reparto accionarial, siempre que se aprobara este convenio, dejaría a la alianza Damm-Luxempart con el 30% del capital, la banca tendría un mínimo del 30,1% (hasta un 35%, según la cervecera) y el resto se completaría con ampliación de capital con derecho de suscripción preferente, como publicó ayer FARO, y con un 5% para los socios minoritarios.

Según fuentes financieras, "todo el pool bancario está enfadado" porque consideran que Damm "ha mentido no solo a la banca, sino también al consejo de administración". Ahora bien, no todos los bancos acreedores están afectados por igual con las nuevas condiciones. La calidad de la deuda es distinta si es de una filial o de la propia matriz, por eso entidades como BBVA o el Popular están mucho más afectadas por el convenio que otras, según indicaron expertos del mercado a este periódico. "Es tiempo de órdagos, como en cualquier negociación", ilustraron desde uno de los bancos acreedores.

La intención del presidente de Damm, Demetrio Carceller, es de seguir "negociando" con los bancos para convencerles de que apoyen este plan. "¿Ahora que ya ha presentado el plan al juez?", se preguntaban desde una de las entidades. Como hizo este lunes -y avanzó FARO-, Damm enviará a su número dos, Jorge Villavecchia, a lidiar con una mayoría de bancos que, por ahora, rechazan de plano apoyar el documento. "No lo ha cambiado, no lo vamos a apoyar", zanja la banca. "Todo no se puede hacer", replica Damm.