"Existen notables diferencias entre los spots publicitarios. El Capitán Frudesa lo representa un marinero con gorra, uniforme y barba cana, mientras que el Capitán Pescanova es un hombre joven ataviado con chubasquero o impermeable amarillo". Así reza textualmente el cuarto punto de los fundamentos de derecho de un auto del Tribunal Supremo del año 2008, que resolvió un conflicto enquistado entre Pescanova y la firma británico-holandesa Unilever sobre el uso del capitán en sus campañas de publicidad. Pero la multinacional gallega, aún bajo la presidencia de Manuel Fernández de Sousa, interpuso una demanda de reclamación por daños y prejuicios contra Unilever, que ganó. El resultado, un ingreso de "unos 10,8" millones de euros, según consta en la documentación interna de la empresa a la que ha tenido acceso FARO.

En un consejo de administración celebrado en septiembre del año pasado, después de dar lectura y aprobar las actas del encuentro anterior, los consejeros fueron informados de que el Juzgado de Primera Instancia número 40 de Madrid había dictado un auto "en el incidente de reclamación de daños y prejuicios ocasionados por las medidas cautelares" impuestas en 1997 que, entre otras cosas, habían obligado a retirar la campaña publicitaria del Capitán Pescanova. Ese auto fijó "cantidades de indemnización que solidariamente vienen obligadas a pagar Unilever España SA y Lowe & Partners SL a Pescanova SA". En ese momento el auto no era firme, pero la multinacional gallega informó a los consejeros de que ya tenían una estimación de a cuánto podía ascender esa indemnización. "Según un cálculo provisional efectuado por BDO (la auditora en ese momento de la empresa) el importe de la condena se situaría entre los 9 y 10 millones de euros".

La cifra final

Pero el resultado fue mejor. El informe preliminar de auditoría que BDO entregó el 26 de febrero (tres días antes de que la empresa solicitara el preconcurso) se refería a este conflicto, como ha podido comprobar FARO. En el apéndice "Principales aspectos contables y de Auditoría" (página 11 del informe de BDO) aparecía especificado que 2012 había sido un año "marcado por" la "resolución favorable de la demanda contra Unilever referente al Capitán Pescanova", que supuso "un ingreso de unos 10,8 millones de euros en 2012".

El auto del Supremo en 2008 había sido ya rotundo frente a los recursos presentados por la compañía que, en 1996, estuvo a punto de comprar Pescanova.

"En cuanto a la historia narrada o su entorno, mientras Frudesa (Capitán Iglo) la sitúa en unas compras en paraje polar (...) en el anuncia do Pescanova el capitán irrumpe en una cena doméstica y traslada a los niños a un barco pesquero faenando en la mar", dice el auto judicial. "Considerando por todo ello que las diferencias identifican y distinguen los orígenes del producto común ofrecido (pescado congelado), y disipan suficientemente la posible confusión al respecto por los consumidores", añade.

Para el magistrado ponente Juan Antonio Xiol, los clientes "podrán advertir perfectamente en el mercado que diferentes empresas elaboran y venden pesado congelado y más concretamente varitas de merluza rebozadas y preparadas para su fritura, eligiendo el de una u otra (Frudesa o Pescanova) según sus particulares apetencias y la calidad que confieran al producto en función del prestigio que atribuyen a sus diferentes elaboradoras".

El Capitán Pescanova es una de las marcas registradas de la compañía que figuran en el inventario que la oficina de patentes y marcas ha aportado al juez que instruye el concurso de la multinacional.