El grupo gallego de decoración Pórtico ha comunicado este jueves a la plantilla que ha presentado en un juzgado Mercantil de Pontevedra un tercer concurso de acreedores, en este caso para la filial Dayaday. Esta solicitud de concurso se viene a sumar a las presentadas el martes para Pórtico y Silomundi.

Así lo han confirmado fuentes del comité de empresa, quienes explican que se encuentran a la espera de que el juzgado nombre a la administración concursal, lo que han deseado que ocurra "lo antes posible".

Las mismas fuentes indican que los trabajadores ya venían sufriendo "retrasos" en las nóminas y que, además, tienen pagas pendientes de cobro. Asimismo, señalan que el próximo día 10 tendrían que recibir la paga de verano. En esta situación, fuentes de la plantilla indican que "hay trabajadores que lo están pasando mal" y mantienen que la situación "es complicada".

Deuda

Pórtico solicitó el concurso de acreedores al no ser capaz de renegociar su deuda con la banca. El pasado mes de abril, había iniciado un proceso de renegociación con las entidades para evitar recurrir a la situación concursal, siendo la tercera vez, desde que se inició la crisis en 2008, que la empresa emprendía un procedimiento de estas características. La primera vez que lo hizo fue en 2009.

El descenso de las ventas ha llevado a la compañía, con sede en Mos (Pontevedra), a esta situación. Pórtico esgrimió en su día que lleva muchos años trabajando en Galicia y que la caída del consumo, unida a una gran inversión para construir un almacén robotizado, la habían llevado a tener que renegociar de nuevo su deuda.

En la empresa se estaba aplicando un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que comenzó en diciembre de 2012 para el personal de oficina (y que estaba previsto que se prolongase hasta el 31 de diciembre de este año). Asimismo, se inició en febrero de 2013 en el almacén.

290 Trabajadores en Pontevedra

Además, se han cerrado tiendas en algunos puntos de Galicia, Madrid y Portugal. Durante la negociación del ERTE, en la que también se pactó una bajada salarial del 7,5 por ciento, trabajadores y empresa acordaron que el personal de los centros que cierren puede incorporarse al almacén central.

En Pontevedra, en donde están las oficinas y el almacén, la empresa da trabajo a 290 personas, una cifra a la que hay que sumar los trabajadores de las tiendas en el resto de las provincias gallegas, así como el de las de Madrid, Portugal y América.