El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, ha asumido hoy que la decisión que se adopte para el reparto del déficit entre las comunidades autónomas "es imposible que le vaya a gustar a todo el mundo", pero tiene que haber ese reparto del déficit autonómico.

Rajoy se ha referido a la negociación entre el Gobierno y las comunidades para fijar el objetivo de déficit autonómico en la conferencia de prensa que ha ofrecido en París junto al presidente francés, François Hollande.

Un día después de su reunión con los presidentes autonómicos del PP, en la que no se llegó a un acuerdo y se aplazó la solución a la propuesta que se haga para el Consejo de Política Fiscal y Financiera de julio, Rajoy ha dicho que ese encuentro fue "de partido", y acudió al mismo no como presidente del Gobierno.

Sostuvo que en la reunión hubo "un interesante contraste de pareceres" y fue "grato y reconfortante" que hubiera argumentos de todo tipo.

Ha recordado que el Consejo Europeo no confirmará hasta junio la flexibilización del objetivo de déficit para España y, a continuación, se adoptará una decisión definitiva en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

Hasta entonces, según Rajoy, desde el Ministerio de Hacienda se intentará hablar institucionalmente con todos los presidentes de las comunidades con independencia del partido al que pertenezcan para intentar llegar a un acuerdo.

"Es imposible que a todo el mundo le vaya a gustar la decisión que se adopte, pero esto ha ocurrido siempre", ha recalcado.

Rajoy ha dicho también que no tiene interés en que el Gobierno imponga una decisión, y a renglón seguido, ha señalado: "Pero, desde luego, una distribución del déficit por comunidades tiene que haberla".

Según el presidente del Gobierno, se va a seguir trabajando con ánimo constructivo, y ha afirmado que confía en que el acuerdo será posible.

Rajoy ha recordado que ahora se habla ya de un déficit autonómico del 1,2 por ciento para 2013 cuando hasta hace poco era del 0,7, y que si se hubiera mantenido esta última cifra habría un problema "infinitamente mayor".

Para el jefe del Ejecutivo, siempre hay un debate de las mismas características cuando hay que tomar una decisión como ésta y cada uno intenta "arrimar el ascua a su sardina", con independencia de la ideología de cada cual.

En este sentido, ha recordado que cuando se habla de la reforma de la financiación autonómica, unos quieren poner el acento en el número de habitantes y otros en el envejecimiento o la dispersión de la población. "Aquí ocurre lo mismo", ha insistido.