A primera hora de la tarde de ayer, el registro de consejeros de Pescanova de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) contaba con once miembros, con el administrador concursal Deloitte como uno de ellos. Faltaba el dimitido Antonio Basagoiti pero continuaba la Sociedad Gallega de Importación de Carbones (Gicsa), aunque su representante -Jesús García- también cesó en su cargo. En la lista faltaba uno (son doce): Ana Belén Barreras Ruano, la hija del empresario vigués José Alberto Barreras.

Preguntadas al respecto, fuentes de la empresa y del regulador bursátil aseguraron no tener conocimiento alguno de la dimisión de la única mujer del consejo de Pescanova. "No hemos recibido ningún hecho relevante", explicó la CNMV. Una hora más tarde de estas llamadas, Ana Belén Barreras volvió a aparecer en la lista de consejeros en primer lugar. Algunos socios consultados por FARO creen que podría querer abandonar este órgano de gestión, en el que representa al padre, si bien no lo relacionan con lo sucedido ayer.

Como informó la CNMV y recogió después el informe de Anticorrupción, Barreras padre, a través de Transpesca, vendió 700.000 acciones antes de que se desatara la crisis de Pescanova, motivo por el cual los fiscales piden su imputación por cometer un presunto delito de información relevante. Transpesca solicitó, tras ingresar 11,2 millones de la venta de acciones, suspendió pagos.