La banca acreedora de Pescanova mantuvo ayer "conversaciones telefónicas" en las que analizaron el resultado del encuentro mantenido el lunes con la administración concursal de la compañía, Deloitte. La conclusión que se extrajo de ese encuentro virtual fue que las entidades españolas sí están dispuestas a ofrecer los 50 millones de euros que, "como mínimo", los administradores concursales creen que son necesarios para abonar nóminas y dar continuidad a la actividad de la firma (gasóleo para los barcos o pienso para las granjas acuícolas).

Eso sí, con dos condiciones. La banca solo pondrá más liquidez siempre y cuando el dinero que aporten -el fresh money, que no forma parte del crédito concursal y no se somete a quitas- tenga la consideración de "deuda privilegiada".Esto implica que la banca sería la primera en cobrar esos 50 millones (o los que finalmente se inyectasen en Pescanova de forma urgente) en primer lugar y antes de cualquier acreedor. En caso contrario, si la empresa no recibe el dinero, "la salida sería la liquidación de la compañía".

En segundo lugar, "la liquidez no podrá destinarse a tapar ningún agujero, solo será para financiar circulante", expusieron desde las entidades. "Ni un solo euro puede destinarse a ningún otro propósito".

Del mismo modo ha vuelto a quedar patente que la banca extranjera (son 75 las firmas foráneas atrapadas en la deuda de la pesquera gallega) no está dispuesta a acudir al rescate de la pesquera.

"Novagalicia está intentando que todos vayan juntos", señalaron desde la banca. La razón, que NCG es una de las más interesadas en que el concurso no termine en liquidación porque sería la última en cobrar. Al haber sido accionista de referencia, su deuda es subordinada.