Grupo Vieira, actualmente en concurso de acreedores, y el grupo vigués Iberconsa cerraron este martes la venta de la filial que la compañía que preside Eduardo Vieira tenía en Namibia. Así lo confirmó el empresario a este diario, quien recordó que la operación ya se había pactado durante el pasado mes de agosto. "Quedaban pendientes unos papeles y el cobro", explicó, aunque no quiso desvelar por cuánto se había efectuado la transacción.

Vieira explicó que la inyección de liquidez obtenida tras esta venta -que se presume relativamente pequeña en relación a la deuda concursal de la empresa, de cerca de 60 millones de euros- supone un balón de oxígeno teniendo en cuenta las necesidades de circulante de una compañía de sus características.

Negociar el convenio

"Ahora coincide el cobro con la apertura de la fase de convenio", explicó, cuya propuesta (con quitas, demora en los pagos de la deuda o ambas, no quiso especificar) deberá plantear a los acreedores antes de que finalice el mes. El juez de lo Mercantil número 3 de Pontevedra (con sede en Vigo), José María Blanco Saralegui, emitió un auto el pasado 24 de abril para dar por finalizada la fase común del concurso de acreedores y abril la de convenio.

La junta de acreedores, tal y como estipula el magistrado, está citada para el 24 de julio, fecha en que éstos darán su apoyo o no a la propuesta que elabore el administrador concursal. Vieira ha liquidado ya tres filiales y, con esta operación, se ha deshecho de una cuarta. Al no conocer el montante de la operación, se desconoce todavía si Grupo Vieira obtuvo plusvalías.

El Grupo Ibérica de Congelados SA (Iberconsa) posee ahora una compañía con sede en la capital namibia, Walvis Bay, y que cuenta con una planta de elaboración, cuatro pesqueros y 730 trabajadores. Precisamente un litigio provocado por Cadilu Fishing fue lo que precipitó la declaración de concurso necesario del Grupo Vieira. Este se presentó por parte del exsocio británico de Eduardo Vieira, Commonwealth Development Corporation (CDC Group LPC) por el impago de una deuda derivada de la compra de sus acciones por parte de la armadora viguesa y que ascendía a 1,3 millones de euros.

Los buques factoría de Iberconsa operan en Argentina, Namibia o Sudáfrica, entre otros importantes caladeros.