El Gobierno ha aprobado hoy el anteproyecto de ley de cajas y fundaciones bancarias, una vuelta a los límites originales de estas instituciones, que pasarán a ocuparse de clientes minoristas y pymes en un ámbito territorial que no podrá exceder una CCAA o diez provincias limítrofes.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha explicado tras el Consejo de Ministros que con este anteproyecto -con el que se da por culminada la reforma del sistema financiero- la limitación de las cajas será triple: material, física y de volumen.

Así, estas entidades no podrán tener un activo superior a los 10.000 millones de euros o una cuota de depósitos por encima del 35 % de los de la comunidad autónoma en la que operen.

Además, la normativa -impulsada por la "troika", integrada por la CE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) como una contrapartida al rescate de la banca española- incrementa la profesionalización de los órganos de gobierno de las cajas.

Para ello se "potencia la profesionalidad" del consejo de administración, cuyos miembros deberán contar con conocimientos y experiencia adecuados para el desempeño de sus funciones.

Asimismo se fortalece la incompatibilidad de formar parte de los órganos de gobierno con cargos ejecutivos en partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales.

Según el ministro la ley estará basada en un principio fundamental: que las cajas "nunca" tendrían que haber abandonado su función originaria, ajustada a su territorio y a los ahorradores y a los pequeños y medianos empresarios, además de dedicarse sólo al negocio minorista.

"Volvemos al modelo tradicional", próximo al territorio y a los empresarios y ahorradores de la zona, ha dicho De Guindos.