Un equipo nutrido de analistas financieros de la auditora KPMG empezaron a trabajar ayer en las instalaciones de Pescanova en Chapela, como adelantó ayer FARO y confirmaron fuentes del sector. El desembarco no implica que haya dos empresas auditando a la vez los números de Pescanova, ya que esa es la labor de BDO. El trabajo de KPMG, cuya designación impusieron los bancos (al igual que el nombramiento de Freshfields como asesor legal) es el de "revisar la situación de la entidad desde los estados financieros al plan de negocio", explicaron fuentes consultadas.

En resumen, lo que hará KPMG (una de las grandes auditoras del mundo junto con Deloitte, Ernst & Young y Pricewaterhouse) será lo siguiente. Pescanova tiene que entregar los nuevos estados contables, toda vez los que había presentado a su consejo no fueron aprobados y en los que se detectó un "desfase" en la cantidad de deuda bancaria. A partir de ahí, KPMG escudriñará al máximo los datos para elaborar un plan de viabilidad a la banca acreedora, que es quien la escogió, así como un programa de refinanciación que sea asumible para sus clientes.

En paralelo, las más de 40 entidades a las que Pescanova debe dinero requirieron a la empresa a que les entregue las cuentas de 2012, un mapa completo de deuda y un plan de reestructuración. Tienen ahora solo tres meses para impedir la entrada de la pesquera en concurso.