El Banco Central de Chipre anunció ayer la reestructuración del Laiki Bank (Banco Popular), la segunda entidad del país, dentro de un plan de saneamiento del sistema bancario, sin el cual la economía "estaría en peligro de bancarrota". En el mismo momento del anuncio, se limitó la retirada de dinero de los cajeros a 260 euros diarios, en lugar de los 1.000 permitidos hasta ahora. Además, el Gobierno chipriota remitió al Parlamento de la isla un proyecto de ley que otorgaría al ministro de Finanzas o al gobernador del Banco Central de Chipre poderes para imponer controles de capital en el país. "El propósito de esta ley es, en caso de emergencia y por razones de seguridad, dotar de poderes al ministro o al gobernador (del banco central) para adoptar e imponer medidas restrictivas temporales, incluyendo controles de capital", señala el texto.

La tensión ya ha saltado a la calle. Trabajadores del Banco Popular y ciudadanos se concentraron durante toda la tarde ante el Parlamento para protestar por el "corralito" y la reestructuración anunciados por el Gobierno.

Estas medidas se adoptan tras la amenaza lanzada por el Banco Central Europeo (BCE), que anunció que solo garantiza la liquidez de emergencia a los bancos chipriotas hasta el lunes, ya que no está asegurada la solvencia de las entidades afectadas sin un programa de ayuda. La Unión Europea elevó ayer sus recomendaciones a ultimátum y altos cargos comunitarios confirmaron que ya se ha tratado la posibilidad de que Chipre se convierta en el primer país que abandone el euro y en sus consecuencias.

Las medidas bancarias anunciadas ayer forman parte del plan 'B' elaborado por el Gobierno chipriota para reunir los 5.800 millones de euros exigidos por el Eurogrupo a cambio del rescate. El programa incluye la creación de un banco "bueno" y otro "malo", y un Fondo Solidario de Inversión, que incluiría valores inmobiliarios del Estado y otros organismos, como la Iglesia ortodoxa, y en el que participaría también las reservas de los fondos de pensiones.

Conflicto diplomático

Las tensiones por la crisis de Chipre enturbiaron ayer la reunión entre la UE y Rusia, que tachó de "completo absurdo" el plan para rescatar a la isla mediterránea y reclamó al Eurogrupo que escuche a Moscú en la búsqueda de solución al problema de la deuda chipriota.

"Tenemos una gran cantidad de estructuras públicas que trabajan a través de Chipre y tienen bloqueado su dinero por motivos incomprensibles", afirmó el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, que pidió a la UE voz para Rusia en cualquier decisión sobre el problema de la deuda de Chipre.

"El Eurogrupo debería contar con todas las partes interesadas, incluida Rusia, a la hora de elaborar un plan de arreglo para Chipre", aseveró. Y advirtió de que la inestabilidad del sistema bancario chipriota ofrece a Rusia motivos para pensar en reducir sus reservas de divisas en euros, que ascienden a entre el 41 y el 42% del total.

El jefe del Gobierno ruso comentó que Nicosia ha presentado a Moscú una lista de activos -bancos, yacimientos de gas, etcétera- en los que podrían tener interés los inversores rusos. "Este es un asunto complejo. En primer lugar, no entiendo mucho el precio, y en segundo lugar, allí existen problemas con Turquía", afirmó, sin aclarar qué papel está dispuesta a jugar Rusia.

Las bolsas europeas cerraron ayer de nuevo teñidas de rojo pendientes de la evolución de Chipre. El parqué español cayó el 0,77% y perdió el nivel de 8.400 puntos; París bajó el 1,43%; el índice Euro Stoxx 50, el 0,92%; Fráncfort, el 0,87%; Londres, el 0,69%, y Milán, el 0,5%.

A cierre de sesión, la agencia de calificación Standard & Poor's rebajó en un peldaño la nota de solvencia a largo plazo de Chipre, desde 'CCC+' a 'CCC', lo que implica una calidad "muy pobre" y una alta probabilidad muy alta de impago.