Lo que queda de semana y el arranque de la que viene son días clave para el futuro de Pescanova, que cuenta de margen hasta el próximo martes, con la opción de alguno de los festivos también, para mover ficha ante las peticiones que llegan de los bancos. Información fundamental para conocer a fondo la situación del balance y que los consejeros críticos quieren conocer. Por eso el grupo Damm, con un 6,2% del capital y segundo principal socio, remitió en la noche del martes un burofax a Pescanova, cargado de duras críticas, para reclamar un consejo de administración extraordinario.

"Lo lógico es que esa documentación tan relevante llegue primero a los miembros del consejo", justifican fuentes cercanas a empresa que preside Demetrio Carceller, enfrentado al presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa. Damm recuerda que ya en el hecho relevante remitido a la CNMV la pasada semana para negar la "unanimidad" que la multinacional pesquera anunció en el consejo para refinanciar la deuda demandó una sesión extraordinaria para esta semana. Lo hizo él y el fondo Luxempart, con un 5,8% de las acciones. Durante la tarde de ayer llegaron a dispararse los rumores de una convocatoria para hoy, pero los consejeros no habían sido notificados.