El Parlamento chipriota rechazó por amplia mayoría el impuesto a los depósitos privados planteado por el Eurogrupo, pese a que el Gobierno había presentado una versión suavizada, que dejaba exentos los ahorros inferiores a 20.000 euros. El Banco Central Europeo (BCE) dijo este marttes que toma nota de la decisión de Chipre de rechazar el impuesto a los depósitos de los ahorradores y garantiza que proporcionará la liquidez que sea necesaria.

Todos los partidos votaron en contra del borrador de ley, con excepción del gubernamental DISY, que se abstuvo.

Concretamente, de los 56 parlamentarios, 36 votaron en contra y solo los 19 del partido conservador se abstuvieron.

Las intervenciones en el debate previo estuvieron todas marcadas por un tono de dura crítica hacia las decisiones del Eurogrupo.

Así, el presidente del Parlamento, Yannakis Omirú, habló de un "atraco a la propiedad privada, contra toda noción del Derecho".

Omirú afirmó que los socios europeos se han pronunciado a favor de que Chipre vuelva "a ser un país de soberanía limitada, un estado neocolonialista".

El Banco Central Europeo (BCE) dijo hoy que toma nota de la decisión de Chipre de rechazar el impuesto a los depósitos de los ahorradores y garantiza que proporcionará la liquidez que sea necesaria.

El BCE manifestó en un comunicado que "toma nota de la decisión del Parlamento chipriota y esté en contacto con los socios de la Troika".

Asimismo "el BCE reafirma su compromiso de proporcionar la liquidez necesaria dentro de la leyes existentes", añade el comunicado.

Alternativas

El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha tachado este martes de "decepcionante" el rechazo por parte del Parlamento de Chipre de la tasa a los depósitos y ha pedido al Gobierno de Nicosia que presente alternativas para que el coste del rescate no supere los 10.000 millones de euros.

"Lamento mucho que Chipre haya adoptado esta decisión, pero la pelota está todavía sobre su tejado porque la oferta del Eurogrupo y sus condiciones siguen sobre la mesa", ha dicho Dijsselbloem en declaraciones a la prensa.

Los requisitos del Eurogrupo, ha proseguido Dijsselbloem, son dos: "el plan no puede superar los 10.000 millones de euros y la deuda de Chipre no puede ser más del 100% del PIB (en 2020) porque de otro modo nunca podrán pagarla y nunca saldrán del agujero".

"Desde el principio estos han sido los dos puntos de referencia y estas condiciones siguen sobre la mesa", ha subrayado.

Fue el propio Anastasiadis quien, en un comunicado publicado mientras se celebraba el debate, anunció su intención de "continuar luchando para que las decisiones del Eurogrupo se modifiquen".

Para este miércoles el presidente ha convocado a los líderes de los grupos parlamentarios con el fin de estudiar la situación derivada del rechazo y buscar alternativas.

Al amplio rechazo parlamentario se había sumado el centrista DIKO, que respalda a Anastasiadis, y que en un principio había manifestado su intención de respaldar el proyecto de ley.

Sin embargo, el fuerte rechazo popular y el revuelo político causado por este plan, acabó llevando al presidente de DIKO, Marios Karoyan, a sumarse al "no".

"No aceptamos ser los parias"

"No permitiremos convertirnos en otra Grecia. No aceptamos ser los parias de Europa", dijo Karoyan en su discurso cargado de emoción, para añadir que "frente a la Europa del chantaje nosotros insistimos en la Europa de la solidaridad".

Incluso el líder conservador, Averof Neofitu, fue crítico con el Eurogrupo, y pese a reprochar a los partidos que se oponen al plan no presentar alternativas, dijo que "tanto los dirigentes, como los ciudadanos tenemos razón en sentir ira por la manera que fue tratado el presidente Anastasiadis" en Bruselas.

Neofitu anunció que el próximo paso ahora será formular "una propuesta alternativa realista que pueda salvar a nuestro país", una iniciativa que, a su juicio podría obligar a los socios europeos a reexaminar el tema.