Como el propio presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, reconoció ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), hay un desfase entre la deuda auditada a cierre del tercer trimestre (1.522 millones) y la real acumulada con la banca. Un descuadre de unos 1.000 millones de euros, como también se reconoció el jueves en el consejo de administración. La auditora BDO, encargada de supervisar las cuentas de la multinacional desde el año 2002, ha recibido una amonestación por parte del regulador financiero por no haberse percatado del desfase contable, según pudo saber FARO. Asimismo, la CNMV le ha otorgado un plazo de entre 8 y 10 días para que finalice el examen de las cuentas y presente, "a la mayor brevedad", los números a cierre de 2012.

Al hermético consejo extraordinario de administración acudió la plana mayor de BDO, incluido su director general y el consejero delegado en España, donde trataron de explicar la procedencia de las "discrepancias" en la contabilidad de la pesquera. Los auditores fueron, precisamente, el escudo de Fernández de Sousa ante los consejeros más críticos con su gestión, ya que en las casi ocho horas de reunión se abordó casi en exclusiva la problemática de la deuda, que urge refinanciar en cuatro meses antes de tener que entrar -por la vía voluntaria o necesaria- en concurso de acreedores. Son más de una decena las personas de BDO las que trabajan "día y noche" en las instalaciones de la multinacional para cuadrar los números.

La CNMV eludió referirse, a preguntas de este diario, acerca de "los problemas de una empresa en concreto". Pero si el regulador lo estimase oportuno, está facultado para enviar a un equipo propio de auditores para supervisar las tareas que realizan los directivos de BDO. Se trataría de un equipo forensic, como se conoce en el argot financiero, aunque de momento el organismo que preside Elvira Rodríguez no ha enviado a nadie a Chapela para hacer esa labor.

Por otra parte, como publicó FARO ayer, el banco norteamericano Houlihan Lokey no verá renovado su contrato para reestructurar la deuda financiera con la banca. Algunas fuentes insisten en que los honorarios de esta firma eran demasiado elevados. Otras aseguran que fue el propio banco de inversión quien no quiso continuar su labor ante la falta de información de Pescanova.