Empiezan a voltearse las cartas en medio del secretismo que rodea la segunda multinacional de Galicia, Pescanova, y su proceso preconcursal. Un día después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) abriera una investigación por posible "abuso de mercado" de la firma (por manipulación contable o uso de información privilegiada) y le apremiara a presentar las cuentas del segundo semestre de 2012, el regulador volvió a tomar la iniciativa. Por segunda vez desde que empezó el mes de marzo la CNMV suspendió de cotización los títulos de la pesquera cuando éstos perdían un 19,26%. Esta decisión se tomó a las 13:27 horas. Solo cuatro minutos más tarde, y por primera vez, Pescanova reconocía en una nota que los temores de la banca y el regulador eran ciertos: sus cuentas no cuadran.

"Les informamos que hemos detectado discrepancias entre nuestra contabilidad y las cifras de deuda bancaria, discrepancias que pudieran ser significativas y que estamos en proceso de revisión y conciliación", rezaba el texto firmado por el presidente, Manuel Fernández de Sousa, en una nota con algunos errores y publicada a las 13:31 por la CNMV. Oficialmente, y hasta el mes de octubre, la deuda auditada del grupo (con sus filiales) ascendía a 1.522 millones de euros (a corto y a largo plazo).

Deuda real

Pero, y según consta en la Central de Información de Riesgos del Banco de España (Cirbe), el débito total del grupo es de 2.500 millones de euros, como avanzó FARO este fin de semana. Así lo confirmaron a este diario fuentes de toda solvencia, información que está en manos también de la banca acreedora. Solo la matriz debe, según las mismas fuentes, 1.600 millones. En el mea culpa de Pescanova podría recogerse que, tal y como sospechaban algunos analistas, los pasivos de las filiales no se habían computado.

Fernández de Sousa agregó en la misma nota que "hemos requerido la asistencia de nuestros auditores, BDO, para poder evaluar y contrastar dichas discrepancias lo más rápidamente posible. En el momento que sepamos exactamente el importe de las discrepancias se comunicará con carácter inmediato a la CNMV", termina la comunicación de Pescanova. Desde BDO declinaron hacer cualquier comentario sobre esta situación a preguntas de FARO. La auditora queda en una situación comprometida, toda vez que ya había auditado las cuentas de las que la propia Pescanova desconfía.

Consejo

De acuerdo con personas cercanas a la negociación, Fernández de Sousa ha cedido a la presión de algunos consejeros con la convocatoria de un consejo extraordinario y "secreto" para mañana mismo, que deberá ratificar las cuentas de 2012 y, quizás, la contratación de un asesor financiero para que reestructure la elevada deuda con la banca. Se presume un encuentro "conflictivo" y donde "las partes afloren sus diferentes sensibilidades" en torno al futuro de la empresa e, incluso, al liderazgo de Fernández de Sousa al frente de la compañía.

Desde las entidades explicaron a este diario que se reunirán la semana próxima en Madrid sin Pescanova para trazar una estrategia en torno al preconcurso de la multinacional gallega, y lograr un pacto entre, al menos, los bancos españoles. "Queremos hablar de los números, y la banca extranjera quiere marcharse. Nosotros (por las entidades españolas) queremos ver qué podemos hacer para reconducir esta situación, si es que se puede", explicaron. A juicio de los bancos -son los que tienen atrapados los 2.500 millones de deuda en obligaciones, avales, líneas de crédito y otras operaciones-, "el problema no es ya solo la deuda, es lo que entrará en mora", agregaron. Es decir, los préstamos de los que Pescanova no podría asumir el pago de intereses (como en una hipoteca corriente). "Si acumula impagos nadie va a querer refinanciar", de ahí que los bancos apremien a la multinacional a que se siente a negociar y abra la cremallera que cierra su boca desde que solicitó el preconcurso, el pasado 1 de marzo. "Habrá bancos que empiecen a ejecutar si se acumulan impagos", ratifican otras fuentes financieras conocedoras de la situación.

El temor de los accionistas es que la CNMV mantenga suspendida de cotización a la empresa durante días, lo cual podría provocar demandas en cascada de los fondos de inversión o bonistas que tienen atrapados decenas de millones de euros en la compañía con sede en Chapela.